Ayer se presentó en Madrid la ‘Guía de Salud para el Niño Sano’, un manual que tiene como principal objetivo poner a disposición de los educadores yuna herramienta de información sobre los distintos aspectos del desarrollo de los niños y con respuesta a múltiples cuestiones que se pueden plantear a diario.
Ayer se presentó en Madrid la “Guía de Salud para el Niño Sano”, un manual que tiene como principal objetivo poner a disposición de los educadores y el personal que trabaja en los centros de educación infantil y guarderías una herramienta de información sobre los distintos aspectos del desarrollo de los niños y con respuesta a múltiples cuestiones que cuidadores y educadores se pueden plantear a diario.
Este manual ha sido realizado expertos de la Asociación Española de Pediatría (AEP) y de la Asociación Española de Pediatría en Atención Praria, con el patrocinio de Wyeth. Actividades preventivas, vacunas, alentación y nutrición, preros auxilios y prevención de accidentes son algunos de los aspectos que se abordan en este Guía.
Tal como señala el profesor Alfonso Delgado, presidente de la AEP, “aunque existen muchas y excelentes publicaciones que se ocupan del niño enfermo, su diagnóstico y tratamiento, sin embargo esta obra está orientada a procionar una información fácilmente comprensible, pero sin abandonar el rigor científico, sobre los distintos aspectos del normal creciento y desarrollo de los niños, dando respuesta a interrogantes con la que se pueden encontrar las personas que habitualmente cuidan de los niños”.
Entre otros temas, este manual realiza una serie de recomendaciones a los educadores de los centros infantiles o guarderías sobre cuál debe ser su papel en el desarrollo global de los niños, tanto en las funciones motoras, del lenguaje y del desarrollo cognitivo como en los planos personal y social. En palabras del D. Javier Hernández, director general de la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (ACADE), “esta guía es un documento que desarrollará una tante función complementaria en la labor educativa y asistencial del profesional de la escuela infantil y, al mismo tiempo, les permitirá prevenir y detectar precozmente posibles problemas psicopedagógicos y fisiológicos”.
Sobre la base de que la educación para la salud desde las edades más tempranas supone una inversión para toda la vida y contribuye a una infancia y posterior edad adulta más saludable, los pediatras creen que los educadores de los centros de educación infantil deben conocer el calendario de controles de salud y establecer las pautas de colaboración más adecuadas entre todos los profesionales inmersos en el cuidado de los niños (sanitarios, educadores, trabajadores sociales, etc.).
“Los centros de educación infantil constituyen una de las fuentes más tantes para la iniciación en las preras experiencias, en la enseñanza, el aprendizaje y la aprehensión de pautas de comtamiento desde los preros meses de vida del niño. Gracias a la profesionalización del personal educativo, estos centros desarrollan una labor en la prevención y detección temprana de problemas de salud, psicológicos y de aprendizaje de los niños”, añade el director de ACADE.
En este sentido, esta guía incluye un capítulo de actividades preventivas con recomendaciones que van desde la higiene y el aseo coral, la tancia del sueño y el descanso y la actividad física necesaria en cada etapa, cuyos buenos hábitos han de aprenderse desde una edad temprana.
Infecciones respiratorias, las más frecuentes
Los procesos infecciosos del tracto respiratorio constituyen las infecciones más frecuentes en la población preescolar. El escaso desarrollo del sistema inmune de los niños, especialmente los menores de un año, hace que tengan más posibilidades de contraer infecciones graves mediante el contagio a través de tadores o niños sanos y, tanto, de recibir antibióticos.
Aunque la mayoría de las infecciones respiratorias que padecen los niños en los centros de educación infantil y guarderías son banales y sin trascendencia clínica, es conveniente vigilar y aplicar todas las medidas al alcance para evitar en lo posible la propagación de microorganismos entre los niños.
Los microorganismos que se transmiten vía respiratoria pueden ser de dos tipos: virus y bacterias. En el prer grupo destacan los adenovirus, parainfluenza y rinovirus; mientras que entre las bacterias destacan aquéllas que provocan principalmente meningitis y neumonía como Haemophilus influenzae, meningococo y neumococo. En este últo caso, el Comité Asesor de Vacunas de la AEP recomienda la aplicación universal de la vacuna antineumocócica en todos los niños menores de cinco años.
Para las enfermedades de transmisión vía respiratoria, la AEP da algunas recomendaciones, tanto de exclusión del niño (en número de días) como de administración de vacunas, quioprofilaxis y de verificación del estado de vacunación de los niños, para evitar posibles contagios.
Según afirma el director de ACADE, con la finalidad de realizar un control de salud periódico en los niños que acuden a los centros de educación infantil se suelen facilitar cuestionarios o cartillas para que especifiquen si el niño padece algún tipo de enfermedad alérgica (celíaca, asma), problema físico o psíquico, intolerancia alentaria, etc. Todo ello con el objeto de realizar el seguiento, atención y tratamiento más adecuado. Además, los centros suelen poner a disposición de los padres información sobre el calendario de vacunación oficial español.
¿Vacunar o no vacunar?
Los pediatras lanzan un mensaje directo a los padres y educadores sobre la seguridad de las vacunas a fin de evitar falsas creencias. Éstos destacan que las ventajas que derivan de la utilización de las vacunas superan con mucho los efectos adversos que producen, así como los producidos la enfermedad natural.
El profesor Alfonso Delgado indica que “son muchas las situaciones en las que el desconociento, el miedo o la interpretación incorrecta han llevado a contraindicar injustificadamente la vacunación. Sin embargo, sólo se descarta de forma absoluta la aplicación de una vacuna si existe sospecha de una reacción alérgica con riesgo de muerte, aunque es cierto que hay que considerar el caso de cada niño con su situación particular”.
La guía establece de forma genérica los límites a tener en cuenta para vacunar e incluye el calendario de vacunación infantil recomendado el Comité Asesor de Vacunas de la AEP.
¿Qué hacer ante….?
El Manual explica las pautas específicas para la alentación de los niños etapas de desarrollo, desde las condiciones de preparación del biberón hasta la introducción de cereales, frutas, verduras y cas, incluso con ejemplos prácticos. Todo ello, a fin de lograr instaurar unos hábitos alenticios desde los preros meses y prevenir problemas de alentación.
Además, se incluye una sección de “preros auxilios”: qué hacer para bajar la temperatura? qué actitud adoptar ante vómitos o diarreas? cómo evitar los riesgos de traumatismos? y qué hacer para evitar la transmisión de infecciones?. Son algunas de las cuestiones a las que la Guía da solución, tanto para prevenirlas como para actuar en caso de que se produzcan. Asismo, incluye unos criterios de exclusión del centro de educación infantil, si bien es cierto, tal como se apunta en este manual que la mayoría de las enfermedades leves no constituyen una razón para recomendar la exclusión de un niño.
Escolarizar desde los preros meses
Según los educadores existen tres factores fundamentales que demuestran la conveniencia de escolarizar a los niños desde los preros meses de edad: educación, socialización y seguridad.
“Los centros de educación infantil disponen del personal titulado y cualificado específicamente para enseñar al niño las preras pautas de comtamiento y su integración social, así como para desarrollar y estular las capacidades e inteligencia del bebé desde una edad temprana”, añade Javier Hernández.
En materia de seguridad, este experto añade que en las escuelas infantiles apenas se producen accidentes. En estos centros, el diseño, el mobiliario o la electricidad está estudiado y adaptado específicamente para evitar accidentes a los niños. En España, como en la gran parte de los países desarrollados, la prera causa de muerte infantil, en especial entre niños entre 1 y 3 años, son los accidentes producidos en el hogar, que incluso supera a los fallecientos enfermedad.










