El trabajo de los directores de comunicación es de lo más extraño. Cuando les nombran te llaman para decirte que a tus órdenes y que valoran el trabajo de los que estamos al otro lado. Ayer, nos pusos en contacto con Rafael Barberá, director de comunicación de Telemadrid, pero no atendió a ninguna de nuestras llamadas.
El trabajo de los directores de comunicación es de lo más extraño. Cuando les nombran te llaman para decirte que a tus órdenes que no te preocupes que va a llegar la luz a sus mazmorras y que valoran el trabajo de los que estamos al otro lado. Ayer, nos pusos en contacto con Rafael Barberá, director de comunicación de Telemadrid. El asunto era harto difícil ya que su señorito estaba en el disparadero. La presentación de una querella crinal y muchos detractores dentro de la Casa le colocaban en una disión meteórica. Soriano se aferra al sillón, lo que demuestra que le ta poco la agen de Telemadrid y menos quien le han puesto ahí, y su director de comunicación Rafael Barberá se pone el casco para aguantar en la trinchera.
Y ayer, hablábamos con un Barberá que únicamente nos contaba que no pasaba nada y que si queríamos hablar con Soriano. No pudos hacerlo en el momento ellos señalado y se acabó la comunicación. Hemos llamado durante todo el día de hoy y Rafael Barberá está reunido, desde la mañana hasta la noche. No habla, no se puede poner y no puede valorar cuál es el daño que se está generando a la agen y credibilidad de la Cadena que le ha contratado. Porque pensamos que su misión debe ser que Telemadrid salga bien de este delicado trance.
Las llamadas de medios de comunicación se han sucedido toda la tarde en Telemadrid y nuestros compañeros no han podido aclarar demasiado las cosas. Eso sí, hay un dato cierto: Barberá sabía ayer que se iban a publicar hoy informaciones en algunos de los medios de Intet, y adoptó la solución de llamar a los directores de estos para pedirles que no hablasen del asunto, del que en este momento todo el mundo habla. Si no hablamos es que falla la comunicación, o es que se nos niegan la posibilidad de saber le versión de todas las partes. De momento, Barberá sube a los altares, como en su momento lo hiciera el celebrado Braulio Calleja –el de la República, para ocupar el lugar que tiene entre los ceros comunicativos del XXI. Cero en Comunicación.










