La denuncia en contra de Manuel Soriano presunto acoso sexual sólo ha destapado a la luz pública la gran cantidad de incendios en Telemadrid. Una baja audiencia, programas que no convencen, crisis en la relación de la Dirección con los sindicatos y el Comité de Redacción y diferencias ideológicas entre los redactores y el equipo gestor que han llevado a más del 90% de los periodistas a no querer firmar sus informaciones, dan razones más que suficientes para pensar que una eventual salida de Soriano del canal tiene una justificación, independiente del curso que tome la querella en su contra.
La denuncia en contra de Manuel Soriano presunto acoso sexual sólo destapó a la luz pública la gran cantidad de incendios de Telemadrid. Una baja audiencia, programas que no convencen, crisis en la relación de la Dirección con los sindicatos y el Comité de Redacción y diferencias ideológicas entre los redactores y el equipo gestor que han llevado a más del 90% de los periodistas a no querer firmar sus informaciones, dan razones más que suficientes para pensar que una eventual salida de Soriano del canal tiene una justificación, independiente del curso que tome la querella en su contra.
La crisis de Telemadrid viene de largo y con diferentes puntos de conflicto. El más conocido la prensa ha sido la constante tensión de Soriano con los sindicatos. Desde hace más de ocho meses los trabajadores del Ente Público han venido realizando paralizaciones selectivas para presionar a la dirección un Convenio Colectivo más favorable. El punto más álgido llegó cuando los sindicatos amenazaron con no retransmitir el partido entre el Real Madrid y FC Barcelona si es que sus condiciones no mejoraban. Una crisis que al menos sirvió para lograr un aparente acuerdo.
Sin embargo, en marzo y tras la aparición del controvertido retaje sobre la plicación de la Cadena Ser en los acontecientos informativos posteriores al atentado del 11 de marzo del año pasado, el equipo de Soriano concitó el rechazo masivo de los sindicatos, los redactores del canal, la oposición parlamentaria, de Prisa y de buena parte de la opinión pública. Desde ese momento más del 90% de los redactores del canal se niegan a firmar sus informaciones en un claro rechazo a su política editorial.
Los sindicatos no perdonan que la línea editorial del canal sea prácticamente la misma de la Presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre (quien lo demás ha sido la única que ha manifestado su apoyo públicamente a Manuel Soriano). Para ello no hay que ser experto en televisión y darse cuenta que los programas informativos de la Cadena se han convertido en el boletín de las actividades de la Presidenta y de las manifestaciones y actos públicos del PP. El pasado fin de semana y horas después de que se admitiera a trámite la querella de Noelia de Val, Telemadrid era la única televisión que transmitía en directo las manifestaciones pro familia convocadas la Iglesia y apoyadas el PP.
Y los problemas con los sindicatos suman y siguen. El últo ha sido la disputa con el Comité de Redacción, un órgano elegido los trabajadores que no es reconocido la Dirección del Canal para participar en las negociaciones del Estatuto de Redacción, un documento que los trabajadores ven como la única forma de detener lo que consideran manejos ideológicos de parte de Soriano y su equipo.
Todo esto sin contar con la serie de problemas que hemos venido contando desde estas páginas: una mala elección de programas y una parrilla que sólo ha logrado que los espectadores vayan en retirada con índices de audiencia del 13% están mucho más cercanos de los canales locales que del resto de las cadenas autonómicas. En el canal señalan que no apuestan audiencia a cualquier precio, aunque nos gustaría recordarles que la televisión es un medio masivo y que se pueden hacer buenos programas sin necesidad a recurrir a la telebasura. Tarde o temprano la calidad televisiva es premiada los espectadores.
