En la Tierra a miércoles, diciembre 17, 2025

Los bebés y su relación con el mundo

¿Alguna vez se han sentido algo incómodos tener que llevar a cuestas objetos curiosos e incluso ridículos consigo, a petición de sus hijos? Qué significan para los niños esos objetos, de los cuales no quieren desprenderse nada del mundo? Todos podemos observar diariamente las preras actividades de los bebés.

¿Alguna vez se han sentido algo incómodos tener que llevar a cuestas objetos curiosos e incluso ridículos consigo, a petición de sus hijos? Qué significan para los niños esos objetos, de los cuales no quieren desprenderse nada del mundo?

   

Todos aquellos que son padres o se encuentran diariamente con niños pequeños, seguramente, habrán observado las preras actividades de los bebés. Algo que llama la atención es la relación curiosa que tienen con los objetos que se encuentran a su alrededor, sobre todo esos a los que recurren cuando tienen miedo o se van a dormir.

 

Como todos sabemos, al comienzo los niños, suelen litarse a meterse los puños en la boca. En general, eligen un pulgar para succionar, mientras que con la otra mano acarician a la madre, una sábana o quizá su propio pelo. A partir de esta actividad puede desarrollarse una relación con algo como un juguete, un osito o cualquier otro objeto común y corriente, que azar se encuentra cerca, el cual pasa a ser muy tante para el niño.

 

Si bien esta actividad parecería ser una actividad refleja o sin sentido, no lo es. Se trata de  una verdadera relación afectiva del niño con lo que se inscribe como su prera posesión. El prer objeto en el mundo que le pertenece al niño y que no forma parte de él, como el pulgar, la boca o el pecho materno. Este últo,  aunque nuestros ojos digan que  no es parte de  él, para el bebé que se encuentra en un estado de fusión con el cuerpo de la madre,  entra en la misma serie que los anteriores.

 

Por eso tenga presente que esos objetos que son tan tantes para su hijo formarán la base de su relación con el mundo.

 

A menudo los niños suelen jugar con objetos que colgamos sobre sus cunas antes de quedarse dormidos. Si un día los padres deciden redecorar la habitación y retiran esos objetos que consideran ya deteriorados, los niños llorarán durante mucho rato y tendrán dificultades para conciliar el sueño, hasta que se les restituyan dichos objetos. Entonces se pondrán a jugar con ellos, se calmarán y se dormirán. Esto forma parte de las técnicas que los niños utilizan en los momentos de tensión, cambio o separación.

 

En el desarrollo normal del niño existe una evolución desde el uso de objetos hasta la plena capacidad para el juego. Con el tiempo estos objetos van perdiendo su función  y splemente se van desvaneciendo y se convierten en el grupo de fenómenos que se van ampliando hasta constituir todo el dominio del juego infantil y de las actividades e intereses culturales.

  

Cuando la madre o quien ocupe ese lugar, deba ausentarse un período de tiempo que va más allá de cierto límite, el sentiento de seguridad del niño puede verse afectado. Por esto resulta necesario comprender que con el retorno de la madre, se necesitará tiempo para que se vuelva a elaborar ese sentiento de confianza y contención. El éxito del restableciento de este lugar en el vínculo se observa en el renovado empleo de actividades intermedias.

 

Si usted siente cierta incomodidad llevar estos objetos a todas partes, puede ser que esta sensación vaya disminuyendo a medida que considere la carga emocional que estos pequeños objetos tienen para sus hijos.

 

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