La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) ha señalado que la negativa de la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos a considerar dos casos sobre reserva de las fuentes informativas, constituye una seria restricción a la actividad periodística y a la libertad de expresión, al litar el alcance del secreto profesional.
La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos rechazó ayer revisar las apelaciones de los periodistas Judith Miller, del diario The New York Tes y Matthew Cooper, de la revista Te, que se niegan a testificar en un gran jurado que investigada la filtración a la prensa de la identidad de un agente encubierto de la CIA.
“Nos preocupa que la decisión del alto Tribunal deja sin protección a la prensa y afecta el flujo informativo al dificultar a los periodistas, mediante el sistema legal, el poder garantizar confidencialidad a sus fuentes, litando así el acceso del público a información de interés general”, dijo Gonzalo Marroquín, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información.
La Corte Suprema de Justicia era el últo recurso disponible para enfrentar una sentencia del 2004 que condenó a ambos periodistas a 18 meses de cárcel y a una multa de 1.000 dólares cada día que continúen negándose a revelar sus fuentes confidenciales y en abril pasado un tribunal federal de apelaciones también rechazó la revisión del fallo, lo que podrían ser encarcelados en cualquier momento.
El caso se relaciona con las filtraciones a reteros que habrían identificado como agente de la CIA a la esposa de un crítico del presidente George W. Bush, de Estados Unidos donde revelar la identidad de un agente se considera un delito federal.
Durante un foro organizado la SIP el pasado 12 de abril en Washington, D.C., se cuestionó la situación de la prensa estadounidense acoso judicial y se destacó que en meses recientes unos 30 periodistas de este país han sido procesados desacato judicial al negarse a revelar sus fuentes de información.
Marroquín, del periódico Prensa Libre, de Guatemala, calificó la situación como una “lamentable dicotomía de los periodistas quienes para garantizar el secreto profesional y la confidencialidad de la fuentes estarán expuestos a la cárcel y se lita también su papel fiscalizador de la política, el gobierno y de la sociedad misma”.
