En un país en el que los inmigrantes mueren saltando una valla o cruzando el mar con nocturnidad y alevosía sin que nadie pueda/quiera/sepa hacer nada, suspender las emisiones de un canal ilegal parece un juego de niños. LaOtra, cadena que Manuel Soriano y Esperanza Aguirre rescataron del destierro digital, sigue emitiendo en abierto, a pesar de no tener el permiso del Ministerio de Industria. Es más: incluso llega a acuerdos con otras instituciones, como la Federación de Fútbol de Madrid. Increíble.
¿Cómo un canal pirata puede llegar a acuerdos con otras instituciones? ¿Qué pasará con estos clubes modestos en el caso de que se suspendan las emisiones de LaOtra? ¿Quién paga el manteniento de este canal alegal?
Lo único claro en este asunto es que cualquiera puede saltarse a la torera la normativa vigente reguladora de la concesión de licencias tanto radiofónicas como televisivas, sin que ocurra absolutamente nada. Lo penoso es que este tipo de situaciones se den en medios sufragados las administraciones públicas, que son las preras que deberían dar ejemplo al resto de la ciudadanía, y en lugar de esto se gastan aires de superioridad que parecen conferirles una inmunidad que les sitúe enca del bien y del mal.
¿Cómo puede ser que se invite a abandonar su espacio a un canal ya preexistente, como Duson TV, para comenzar a emitir, y enca quejarse después de que otros interferían en su frecuencia?
En PRNoticias no entendemos nada, y como nosotros, seguro que otros muchos…
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