El programa de Telecinco TNT tiene previsto emitir esta noche un video en el que se aprecia a la modelo Kate Moss consumir cocaína. La noticia, adelantada ayer durante el programa ‘Aquí hay Tomate’, tachaba el aconteciento como exclusiva que no debemos perdernos. Telecinco, itando la senda de los diarios amarillistas británicos, parece haber optado esta vía periodística en lugar de otras en las que el carácter divulgativo sea la prioridad.
El programa de Telecinco TNT tiene previsto emitir esta noche un video en el que se aprecia a la modelo Kate Moss consumir cocaína. La noticia, adelantada ayer durante el programa ‘Aquí hay Tomate’, tachaba el aconteciento como ‘exclusiva’ que no debemos perdernos. Telecinco, itando la senda de los diarios amarillistas británicos, parece haber optado esta vía periodística en lugar de otras en las que el carácter divulgativo sea la prioridad.
Si el ya extinto ‘Crónicas Marcianas’ actuó como avanzadilla para este tipo de ‘productos’, resulta que el testigo lo han tomado otros programas como los de Ana Rosa, JJ Vázquez y Jordi González, que no dudan en utilizar este tipo de contenidos sensacionalistas para generar audiencia.
Pero, ¿vale todo en la televisión? ¿Es razonable que Ana Rosa Quintana, durante uno de sus programas, califique de ‘periodismo de investigación’ un retaje realizado una redactora de su programa, que se hacía pasar una menor para pillar a presuntos pederastas? ¿Y las constantes ágenes captadas con cámara oculta Aquí hay Tomate, en las que se sobredensionan ágenes y descontextualizan situaciones en las que alguien sale a tomar una copa o que sale corriendo precisamente de los reteros que le persiguen sin cesar? ¿Qué interés tiene sacar la desgracia de una modelo que ha pasado mil percances, como es el caso de Kate Moss, metiéndose cuatro rayas?
Precisamente, el incidente de Moss, captado el tabloide sensacionalista británico ‘Daily Mirror’, ha tenido una repercusión mediática mundial que más quisieran tener los países africanos en continua guerra civil o los damnificados desastres naturales en Centroamérica (como allí pasó Stan y no Katrina, se conoce que no interesa).
¿Qué diferencia la acción de Moss de la de cualquier otro consumidor de este tipo de drogas? ¿Qué moralina retrógrada se nos quiere inculcar, precisamente desde un medio que no ha tenido reparos en contratar a colaboradores reconocidos públicamente como consumidores de este tipo de sustancias?
Telecinco, la cadena que menos tiempo dedica a la programación infantil, aunque el contrario la que mayores ingresos publicitarios tiene (alrededor del 30% de la inversión total en medios televisivos a nivel nacional), parece no dudar ni un solo instante en pisotear la deontología profesional, promocionando este tipo de documentos: hace tiempo que decidió optar el sensacionalismo exacerbado y las noticias lacrógenas, en lugar de ocuparse de asuntos verdaderamente tantes (prueba de ello es la caída en picado de sus informativos, que ni Juan Pedro Valentín podrá salvar)
Lo cierto es que más que exclusivo, el aconteciento es deleznable y esperpéntico. Sin embargo, debería servir como un toque de atención hacia las demás cadenas para evitar que se siga dando cobertura a este tipo de hechos, que lo único que hacen es fomentar el consumo de drogas y generar violencia entre los miembros de la sociedad.










