En la Tierra a miércoles, diciembre 17, 2025

En España existen 4,5 millones de pacientes con dolor crónico

A pesar de los nuevos avances terapéuticos, el dolor sigue siendo un gran desconocido tanto en España como en el resto de países. Esta es una de las preras conclusiones que han ofrecido los expertos reunidos en el marco de la 5ª Semana Europea contra el Dolor que comenzó el lunes y finalizará el próxo domingo, y cuyos resultados prelinares se ofrecieron ayer.

A pesar de los nuevos avances terapéuticos, el dolor sigue siendo un gran desconocido tanto en España como en el resto de países. Esta es una de las preras conclusiones que han ofrecido los expertos reunidos en el marco de la 5ª Semana Europea contra el Dolor que comenzó el lunes y finalizará el próxo domingo, y cuyos resultados prelinares se ofrecieron ayer.

 

Al acto, celebrado en la sede madrileña de la Asociación de la Prensa, acudieron el Dr. Carlos Barutell, nuevo presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), el Dr. Emilio Blanco, presidente del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Medicina Rural y Generalista (SEMERGEN), la Dra. María Madrigal, responsable del Área Neurociencias de Laboratorios Pfizer, y Ana María Puente, presidenta de la Asociación de Cáncer de Mama de Madrid (ASCAMMA).

 

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De izquierda a derecha: Dr. Emilio Blanco, Sra. Ana María Puente, Dra. María Madrigal, Dr. Carlos Barutell

 

 

De la mano de la Sociedad Española del Dolor (SED), y con la colaboración de la compañía biomédica Pfizer, España se ha sumado a las diversas acciones que se han celebrando en todo el mundo con motivo de la 5ª Semana Europea contra el Dolor, que ya comienza a extraer sus preras conclusiones.

 

El dolor sigue siendo un gran desconocido, tanto en Europa como en todo el mundo. Existe un infradiagnóstico y un infratratamiento, a pesar del satisfactorio arsenal terapéutico que existe en estos momentos. Sería deseable mejorar la asistencia sanitaria que reciben estos enfermos y una prera solución sería crear Unidades de Dolor”, manifestó el Dr. Barutell.

 

La falta de formación específica del personal sanitario, de información de los propios pacientes y de sus familias contribuye a que un alto centaje de personas con dolor crónico no esté recibiendo el tratamiento adecuado. Sólo el 27% de los españoles con dolor llega al especialista.

 

Entre el 40 y el 60% de las consultas de Atención Preria se centran en el dolor. Es fundamental intensificar la relación entre médico y paciente y, también entre el médico de familia y el especialista. Existe una evidente desinformación en todos los estamentos que atañen a la sanidad”, añadió el Dr. Blanco.

 

Las estadísticas anuncian que viajamos hacia una sociedad profundamente envejecida, un mensaje que debe ayudar a valorar la tancia de tomar conciencia sobre una problemática evidente: 1 de cada 2 adultos en edad avanzada padece dolor persistente y como míno, cada segundo un europeo mayor de 65 años, está sufriendo dolor crónico.

 

El dolor neuropático afecta al 20 ciento de los pacientes diabéticos, el 25 ciento de las personas con herpes zoster de más de 50 años, el 20 ciento de las mujeres que han sufrido una mastectomía y el 33 ciento de los enfermos de cáncer, según recientes estudios

 

Este tipo de dolencia se produce como consecuencia de un daño o trastorno en el sistema nervioso debido a enfermedades, otro lado, muy comunes, como son enfermedades metabólicas como la diabetes, infecciones como el herpes zoster (“culebrilla”) o el VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana), el propio cáncer y su tratamiento (quioterapia, radioterapia o cirugía), hernias discales, traumatismos, lesiones en la medula espinal, esclerosis múltiple, infartos cerebrales, etc.

 

 

Este tipo de dolor  es el que más retos presenta en cuanto a su tratamiento y, además, es el que mayores costes asociados lleva consigo, pues produce un gran pacto negativo en la calidad de vida de quienes lo sufren. Suele acompañarse de otros trastornos como dificultad para dormir en un 70% de los afectados, depresión en un 30% y ansiedad en un 25%.

 

Todos estos agravantes, acompañados del deterioro funcional del paciente en sus actividades laborales, sociales, recreativas, cuidados personales, estado de áno, etc, así como de la significativa intensidad que puede llegar a alcanzar, hacen  que 1 de cada 6 pacientes reconozca que su dolor le había llevado a desear su propia muerte.

 

Según datos mostrados el Dr. Barutell, en España existen 4,5 millones de pacientes con dolor crónico, estándose que, aproxadamente, la mitad de ellos tienen un componente neuropático. Ello plica que en España la cifra estada de pacientes con dolor neuropático sea de unos 2 millones de personas.

 

Según la Encuesta Europea del Dolor del 2003, cada español afecto de dolor crónico sufre una pérdida laboral de 15 días de trabajo al año. Y el coste del tremendo pacto económico que se podría evitar con diagnósticos y tratamientos correctos, es de 16.000 millones de euros al año, incluyendo en esta cifra la evidente pérdida de días laborales, el tipo de medicación, la hospitalización, las visitas hospitalarias, el tratamiento inadecuado y las pruebas complementarias.

 

Como muestra el estudio REC (Registro Etiológico y de Costes del Dolor neuropático en España), promovido la SED y presentado recientemente en la Reunión Anual de esta Sociedad, en España el coste mensual de un paciente con dolor neuropático tratado en una unidad del dolor frente al coste generado la asistencia del mismo paciente realizada atención no especializada en el tratamiento del dolor es silar, cifrándose en torno a los 350€ mensuales paciente. Ante esta silitud de costes, la gran diferencia estriba en el mejor control del dolor que se consigue al ser atendidos en unidades especializadas.

 

La principal diferencia del análisis de costes es que en unidades del dolor se hace un mejor uso de la medicación específica para el tratamiento del dolor neuropático, más cara pero más efectiva, como demuestra el hecho de que ese mayor gasto en medicación se vio compensado con una menor utilización de recursos asistenciales (revisiones no programadas, visitas a urgencias, hospitalizaciones, etc.), que en atención no especializada en el tratamiento del dolor.

 

“Todos estos costes (personales, sociales y económicos) se podrían evitar con un correcto diagnóstico y tratamiento. Y conviene hacerlo cuanto antes, pues ahora aparecen nuevas opciones terapéuticas que contribuyen a mejorar la calidad de vida del paciente”, agrega el Dr. Barutell.

 

 

 

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