El cociente intelectual no lo es todo. Hace falta ser trabajador, saber adaptarse a los cambios y, sobre todo, ser una persona madura. Así lo demuestra un estudio realizado el grupo de investigación Análisis Experental y Aplicado del Comtamiento de la facultad de Psicología de Granada, que ha detectado que el factor que distingue a los niños superdotados de los demás se relaciona con su capacidad de adquirir conocientos en cualquier contexto. Esta conclusión deja atrás antiguas teorías basadas únicamente en el cociente intelectual.
El cociente intelectual no lo es todo. Hace falta ser trabajador, saber adaptarse a los cambios y, sobre todo, ser una persona madura. Así lo demuestra un estudio realizado el grupo de investigación Análisis Experental y Aplicado del Comtamiento de la facultad de Psicología de Granada, que ha detectado que el factor que distingue a los niños superdotados de los demás se relaciona con su capacidad de adquirir conocientos en cualquier contexto. Esta conclusión deja atrás antiguas teorías basadas únicamente en el cociente intelectual.
Los estudios tradicionales, al litar el concepto de superdotación a la obtención de altas puntuaciones en pruebas de inteligencia confunden a veces los niños superdotados con aquellos enriquecidos ambientalmente, es decir, muy estulados sus padres. Estos tests determinan sólo el nivel de ejecución actual, que puede estar determinado condicionantes como el entrenamiento.
El equipo de María Dolores Calero, responsable de la investigación, ha determinado que la flexibilidad, la autorregulación, la capacidad de aprendizaje y la madurez personal se convierten en las características definitorias de los niños con superdotación. La flexibilidad se entiende como la capacidad de adaptación a cambios inesperados. En el caso de la autorregulación se refiere al control del propio proceso de aprendizaje, es decir, que su voluntad de aprender esté enca de cualquier distracción. Todo ello está condicionado la madurez del individuo, que le permite actuar de una y otra forma.
Los científicos establecieron una serie de pruebas psicológicas en niños superdotados para establecer los factores que los distinguían de los demás niños. Las pruebas utilizadas fueron de potencial de aprendizaje, métodos de flexibilidad cognitiva, medidas de memoria de trabajo así como técnicas para calcular la autorregulación y el control motivacional.
