Las nuevas formas de familia y su modo de funcionamiento, las características de la educación en los colegios y los valores que promueve la sociedad entre los jóvenes han dado lugar en los últos años a un aumento de las patologías psiquiátricas tanto en la infancia como en la adolescencia. ‘La patología psicosocial es mucho mayor y va en aumento, debido a las características de la sociedad actual, a los fallos educativos de la población infantojuvenil y a la falta de protección adecuada en la familia’ afirma Carlos Marina López, Presidente de Honor de la Sociedad de Pediatría de Madrid y CastillaLa Mancha.
Las nuevas formas de familia y su modo de funcionamiento, las características de la educación en los colegios y los valores que promueve la sociedad entre los jóvenes han dado lugar en los últos años a un aumento de las patologías psiquiátricas tanto en la infancia como en la adolescencia. ‘La patología psicosocial es mucho mayor y va en aumento, debido a las características de la sociedad actual, a los fallos educativos de la población infantojuvenil y a la falta de protección adecuada en la familia’ afirma Carlos Marina López, Presidente de Honor de
Las cifras indican que la morbilidad mental detectada los pediatras de atención praria oscila entre un 5 y un 15% de los niños atendidos en los centros de salud y las consultas externas. “Se ha producido un aumento significativo de las consultas y en las alteraciones de los comtamientos de adaptación a la realidad social”, añade Prudencio RodríguezRamos, jefe de sección de Psiquiatría Infantil de los Servicios de Salud Mental de
Si bien determinados factores ambientales resultan claves como detonantes de este tipo de patologías, la carga genética no deja de tener su tancia. Según el doctor Marina López, “en la historia clínica de cualquiera de estos niños y adolescentes con trastornos psiquiátricos se encuentran, muchas veces, antecedentes familiares de cuadros silares”, a lo que añade RodríguezRamos que “dichos antecedentes de trastornos mentales en los padres aumentan el riesgo de que los desarrollen sus hijos. Los enfrentamientos y fuertes discordias dentro de la familia favorecen, igualmente, la aparición de problemas emocionales y de comtamiento en los niños. En general, cuantos más factores de adversidad psicosocial, como problemas de integración escolar o el aislamiento que afecta en ocasiones a las familias inmigrantes, mayor es el riesgo de desarrollar un trastorno psiquiátrico”.
Clasificación de patologías
Durante la prera infancia y los años preescolares se pueden detectar una serie de alteraciones conductuales como el rechazo al alento, las alteraciones del sueño, desobediencias, rabietas o conductas agresivas. Durante la infancia media (entre los 5 y los 10 años) “hay que diagnosticar, tratar y seguir patologías de fondo psiquiátrico como enuresis nocturna, encopresis (pérdida involuntaria de las heces causa no orgánica), dolor abdominal recidivante, tics, hiperactividad con déficit de atención, conducta antisocial y cuadros de ansiedad y de bajo rendiento escolar problemas de aprendizaje”, explica el doctor Marina. Por su parte, durante la adolescencia serán los trastornos de la conducta alentaria, el consumo de alcohol, tabaco y drogas adictivas, así como la depresión del adolescente, con riesgo de suicidio, los motivos de mayor preocupación.
En los últos años la aparición de una gran oferta de aparatos electrónicos a los que, cada vez más, los niños y adolescentes tienen acceso ha hecho que se llegue a hablar de trastornos adictivos. A pesar de ello, el doctor RodríguezRamos asegura que “no se puede considerar a estos comtamientos como patologías en sí mismas, sino más bien como indicadores de que existe algún problema de fondo. El uso descontrolado o desmesurado de estos aparatos (teléfonos móviles, ordenadores o videojuegos) puede ser una manera de manifestar sus propias ansiedades y conflictos internos”.
Sobrediagnóstico e infradiagnóstico
En algunos casos se puede observar un exceso de psiquiatrización que provoca con cierta frecuencia un sobrediagnóstico. Según RodríguezRamos, “se puede hablar de patologías falsamente emergentes como el trastorno déficit de atención e hiperactividad, de conductas disociales y de personalidad inestable, ya que se dan muchos casos de niños y adolescentes que presentan ciertos problemas psicosociales y se les encasilla en estas patologías cuando realmente no las padecen”.
Por otra parte, es posible hablar también de cierto infradiagnóstico y tardanza en la detección de muchas de estas patologías. Lo habitual es que se acuda a la consulta con un retraso que, en algunos casos, puede llegar a ser de años. Sin embargo, el doctor Marina López recuerda que “el diagnóstico precoz en éste como en otros muchos aspectos médicos es fundamental. Además, a largo plazo se ha visto que los trastornos que no se tratan evolucionan peor”
A la hora de afrontar las patologías psiquiátricas son tanto el psiquiatra como el pediatra los que siguen de cerca estos casos. En el caso del segundo, “el contacto permanente con el niño y su familia nos sitúa en un lugar privilegiado para llevar a cabo tan compleja labor de investigación”, asegura el doctor Marina. Existen una serie de alteraciones benignas, como la ansiedad separación, la posible fobia escolar o la aparición de tics más o menos complejos, en los que no es necesaria la derivación al especialista y el pediatra no va a precisar más que tranquilizar a los padres e indicarles la conducta más apropiada a seguir.










