SANTIAGO (05/01/06) Anoche se celebró el debate televisivo de ambos candidatos a la presidencia de Chile en un cla marcado las disputas entre ambos comandos y la agresiva táctica del abanderado de derechas, pero Bachelet no entró al trapo.
El debate mantuvo un fuerte tono confrontacional entre Sebastián Piñera, del partido de derechas Renovación Nacional y Michelle Bachelet, del Partido Socialista y representante de la coalición del actual gobierno de Ricardo Lagos.
No es de extrañar si pensamos que ambos candidatos tienen prácticamente las mismas posibilidades de ocupar el anhelado cargo.
Las capacidades de Bachelet y de Piñera para gobernar el país fue el tema central de las críticas que se arrojaron mutuamente.
Entre los argumentos de la abanderada oficialista estaba la confiabilidad como flanco débil de su oponente ser uno de los empresarios más tantes del país que fácilmente podría caer en la tentación de favorecer sus inversiones o los de sus aliados.
También cuestionó la inconsecuencia de la alianza que respalda a Piñera, ya que muchas veces no legislan en sectores a los que sí apelan en período electoral.
Bachelet destacó de sí misma el ser garante de la continuidad del legado del actual presidente Ricardo Lagos, uno de los más populares en la historia de Chile a la hora de dejar el cargo.
Desde su trinchera, el candidato derechista atacó arduamente a su oponente lo que él considera su incapacidad para gobernar y se centró en desacreditarla al sacar a la luz algunos errores y la acusó de “desinformación”.
La actitud de Piñera ha cambiado con esta segunda vuelta, ya que en los encuentros anteriores se mostró moderado y conciliador para captar la adhesión de sectores más centristas. Esto se explica que entonces debía sacar más votos que el ultraderechista Joaquín Lavín –ahora generalíso de su campaña, como única posibilidad de pasar a segunda vuelta y tener alguna otunidad de enfrentarse a Bachelet y hacerse con el sillón presidencial.
En este debate el empresario sacó las uñas y atacó abiertamente a la candidata oficialista.
Piñera se preocupó mucho de quitarse la etiqueta de “machista” que ha conllevado su actitud descalificadora respecto de Bachelet, y lo hizo elogiando la capacidad de las mujeres chilenas, sobre todo las de sectores populares. También lanzó guiños a los seguidores de
Si bien el debate es una herramienta más para que los candidatos expongan sus ideas y proyectos, la últa palabra la tendrán los chilenos, que deberán elegir definitivamente el próxo 15 de enero si quieren continuidad o cambio y quién será su nuevo Presidente… o Presidenta.
