La CMT premia el ‘lucro inmediato’ a los reventas de móviles

La CMT quiere obligar a los operadores móviles de España a abrir sus redes, determinando precios y condiciones, para que otros grupos revendan minutos móviles que les procionen beneficios provechosos e inmediatos, sin concurrir en inversiones en red o de ofertas de valor añadido atractivas. Esta iniciativa ha creado malestar en uno de los sectores más dinámicos de nuestra economía, el de la telefonía móvil. El pulso desde la Administración de operadores móviles virtuales, como sples revendedores de tráfico a bajo precio, podría generar un entorno competitivo basado exclusivamente en una guerra de precios.

La Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) quiere obligar a los operadores móviles de España a abrir sus redes, determinando precios y condiciones, para que otros grupos revendan minutos móviles que les procionen beneficios provechosos e inmediatos, sin concurrir en inversiones en red o en ofertas de valor añadido atractivas.

Esta iniciativa ha creado cierto malestar en uno de los sectores más dinámicos de nuestra economía, el de la telefonía móvil, ya que el pulso desde la Administración de operadores móviles virtuales, como sples revendedores de tráfico a bajo precio, podría generar un entorno competitivo basado exclusivamente en una guerra de precios y poner en peligro el cumpliento de las inversiones comprometidas el sector en los próxos años.

Alegar como razones que no se trata de un mercado plenamente competitivo es un eufemismo, sobre todo, si tenemos en cuenta que no sólo el nivel de competencia de nuestro mercado se sitúa enca de la media de los países de nuestro entorno, sino que el sector de las telecomunicaciones es el único en el que los precios no han subido, ni siquiera en telefonía fija, o han estado bajando durante los últos cinco años. No en vano, las tarifas en telefonía móvil han bajado entre 1999 y 2004 casi un 40%, y esa tendencia a la baja se ha mantenido en 2005 y seguirá haciéndolo este año.

Además, los operadores móviles en España han realizando un tante esfuerzo e inversión para procionar a los clientes una oferta de valor, adecuada a sus necesidades y a la permanente evolución tecnológica, atendiendo a sus principales demandas de servicios añadidos a precios adecuados y subvención de terminales. Asismo, han potenciado una inversión sostenida en infraestructuras, cobertura y manteniento de redes, convirtiéndose el sector de la telefonía móvil en uno de los principales motores de desarrollo de la economía.

En este marco, la propuesta de la CMT, que pretende pulsar medidas artificiales para favorecer la entrada de Operadores Móviles Virtuales, significa convertir el mercado de las telecomunicaciones español en el más intervensionista de toda Europa, ya que se aplicará el esquema regulatorio de la fija –que lejos de desaparecer, aún continúa a la telefonía móvil. Esta forma de actuación no va sino en contra del propio sentido común y del criterio que se pone en Europa, donde hasta ahora la Comisión se ha mostrado escasamente favorable a la posición cuando las condiciones del mercado no lo requerían. Y este mercado no lo requiere.

De todo este proceso, y la experiencia de países como Dinamarca o Finlandia así lo demuestra, lo que queda claro es que la entrada de los operadores móviles virtuales –que se litan a ofertas planas, a costes bajos y orientados a la lucha de precios genera especulación y un evidente efecto negativo sobre el mercado y los consumidores.

La sugerida intervención no hará sino generar el caldo de cultivo para que cientos de empresas, muchas de ellas de capital extranjero que vienen a España en busca de El Dorado, se sumen al carro de los revendedores de minutos, con poco conociento del negocio, menos compromisos y el único objetivo de la rentabilidad inmediata. ¿Y es que nos suena de algo Ángel Seguridad y Telecomunicación o Innovaciones Tecnológicas Ávila González?…  Eso sí, sin duda, cuando surjan problemas con el servicio, no será a ellos ni a la CMT, sino a los operadores móviles tradicionales a los que se eche la culpa.

A ver si entonces no se olvida que el verdadero responsable será en prer término la CMT, que de órgano independiente cada vez tiene menos, pero también el propio Ministerio de Industria que con su consentiento plícito o, splemente, que mira hacia otro lado y deja hacer, está poniendo en riesgo el compromiso inversor y de innovación permanente necesario en un momento de continuos cambios tecnológicos, y en definitiva que España no quede al margen del verdadero desarrollo de la Sociedad de la Información.

Queda esperar que la Comisión Europea tenga más sentido común que el regulador español e pida que la intervención también llegue a la telefonía móvil en España.