Tras un año de estar en la calle, es un hecho que el gratuito ha ganado mucha audiencia, unos dos millones de lectores según el EGM avalan una política muy agresiva de distribución que muchas veces ha rozado la legalidad pero que le ha dado buenos resultados. Detrás de Qué! se esconde también una línea editorial muy cercana al sensacionalismo y al periodismo urbano: eso de que cada ciudadano sea protagonista de la noticia y que el diario en sí mismo sea un actor más de las informaciones.
De ahí podemos ver cruzadas como la liberación de Paco, la solicitud de salida del trabajo más temprano y el avión de la esperanza. Campañas sin duda muy positivas, pero que muchas veces son utilizadas como un mero instrumento de propaganda y búsqueda de lectores. En fin que el Qué! siempre quiere ser protagonista y hoy ha quedado nuevamente de manifiesto sacando un monográfico de sus mejores tadas y de la forma que tienen de trabajar sus empleados y redactores: un cúmulo de buen rollito y periodistas que aman su trabajo.
Una situación no del todo cierta. Desde que el gratuito ha salido a la calle hasta nuestra redacción han llegado varias críticas a las políticas laborales del rotativo. Sus propios trabajadores se quejan de que no están conformes con los extensos horarios laborales, la línea editorial del medio y las relaciones con la empresa. Muchos trabajadores no se pueden creer que la propia empresa iniciara una campaña para salir más temprano del trabajo, cuando ellos sólo pueden salir con suerte a las diez de la noche, cuando las cosas van rápidas.
Con todo, según nos cuentan, las cosas en Qué! no son del todo distintas al resto de las redacciones de Recoletos, donde los recortes a los derechos laborales y al uso del material de la empresa (teléfonos, fotocopias, mails) son prácticas frecuentes de la dirección. En este ajuste de costes permanente de Recoletos, ya ni siquiera la joya de la corona se salva de los recortes. Lo dicho, que las cosas en el gratuito no son tan buenas como las pintan.
Seguiremos Informando…
