SANTIAGO (16/01/05) No es la prera vez que esta mujer chilena separada, agnóstica, socialista e hija de un general torturado Pinochet ha acaparado las tadas de la prensa mundial. Ya lo hizo cuando Ricardo Lagos la nombró Ministra de Defensa, ser también pionera en el cargo y su trayectoria. Y es que muchos creen que la spatía, su llegada con la gente y su manejo mediático han ocupado un papel preponderante a la hora de lograr esta histórica hazaña: ser la prera mujer Presidenta de Chile.
La discusión sobre el poder que tiene la comunicación política en la configuración de un liderazgo ha sido uno de los temas centrales en los medios en Chile en los últos meses: unos planteaban que el liderazgo de Bachelet se sentaba sólo en su popularidad en los sondeos. Otros, pensaban que se trataba de una mujer luchadora y capaz, además de “spática” ante la opinión pública y, al parecer, la ciudadanía chilena se ha decantado esta últa opción.
Sin duda, la alta adhesión que despertaba Michelle Bachelet en las encuestas fue crucial a la hora de obtener el respaldo al interior de la alianza oficialista,
Pero el tiempo no pasa en vano y la arremetida de los sucesivos contrincantes que Bachelet se encontró en su camino al Palacio de
Los intentos asociar su figura con conceptos como falta de capacidad y de contenido, con el fin de convertirla en una suerte de “estrella fugaz” cuyo único mérito era caer bien a la gente tuvieron sus consecuencias.
Pese a ello Bachelet demostró, sobre todo el últo debate electoral televisivo contra su oponente Sebastián Piñera, tener un buen dominio de los temas que se plantearon, respondiendo con cifras y datos concretos y promesas algo más “aterrizadas” que las de su contendor.
Esto, unido a que las mujeres chilenas –votantes que tradicionalmente han respaldado con su sufragio a líderes más conservadores se han identificado fuertemente con Michelle, han sido claves a la hora de su triunfo.
Teniendo sobre la mesa los resultados y echando un vistazo hacia atrás al mandato de Ricardo Lagos, sólo podemos afirmar que Bachelet pasó de ser una anóna asesora ministerial a Ministra de Salud, con desafíos fuertemente mediáticos –como el famoso ultatum de tres meses para acabar con las listas de espera en los consultorios públicos si no quería dejar el cargo, para después ser mundialmente conocida su nombramiento para encabezar el Ministerio de Defensa, cargo que le permitió acaparar la atención de la prensa nacional e internacional.
Sólo nos queda una duda: saber hasta qué punto el Presidente Ricardo Lagos y su más estrecho equipo de asesores se plicaron en la creación del liderazgo de Bachelet como una de las estrategias posibles para enfrentar a Joaquín Lavín, candidato de derechas que casi arrebata el sillón presidencial a Lagos en 2000 con un perfil altamente mediático (aunque en los recientes comicios demostró un fuerte desgaste)
Son sólo interrogantes que se plantea la redacción de PRLatam
