MÉXICO D.F. (02/02/06) La fracturación del periodismo en el norte y sur del país como fruto de la coacción que ejerce el narcotráfico mexicano sobre el trabajo informativo es la temática que aborda la investigación de
Los resultados de la investigación resultan desalentadores. La constante arremetida del narcotráfico en contra no sólo de los periodistas, sino también de directivos y medios de comunicación ha tenido como resultado que en los últos diez años se puedan identificar zonas del país donde se ha optado el silencio o, splemente, presentar estos temas como resultado de la corrupción.
En “Mapa de Riesgos” se toca también la delicada situación que viven los periodistas en países como Colombia y Brasil, pero se centra en los estados mexicanos de Baja California, Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, con la inclusión de dieciocho ciudades. El criterio de elección fue claro: se centraron en los territorios donde ha registrado el mayor número de amenazas y asesinatos de periodistas en los últos años. También se ha contado con más de cien testonios de prera línea.
La estrategia del miedo consiste en amenazas directas tanto teléfono o a través de emisarios que buscan encuentros informales o llevan a cabo “levantones” (secuestros momentáneos) de reteros, a quienes “recomiendan” no publicar información sobre funcionarios corruptos o integrantes de las organizaciones. Para silenciar a los periodistas existen tres métodos: silencio sin remuneración, un pago mensual, o la muerte.
Pese a que hay temas de mayor relevancia que pueden afectar sus intereses, el capricho de los traficantes también puede afectar a los reteros hechos tan nios como que no les agrade una fotografía o que una línea en una nota pueda dañar su negocio.
En lugares como Tamaulipas, la situación es todavía más grave, pues allí han logrado corromper a varios periodistas 200 o 400 dólares mensuales, cantidad que les garantiza la posibilidad de modificar notas, publicar su propia información y censurar. En sólo trece meses (20042005), en ese estado han sido asesinados tres periodistas.
Y es que, frente a la indiferencia de las autoridades, muchas veces también bajo el influjo de la corrupción corrompidas los narcos, a los periodistas no les queda otro remedio que garantizar su seguridad y la vida a través de la ley del silencio.










