Introducción
Nadie puede negar la tancia de la comunicación, actividad que supone el 75 % de nuestra existencia.
Siempre percibos, siempre se nos percibe y todos transmitos algo. Sobre esta circunstancia, prácticamente inevitable, la transmisión de atributos añadidos a los ya aparentes es una necesidad y una forma de reforzar una agen, siempre con un objetivo predefinido.
Cada día, cada instante, intentamos proyectar lo mejor de nosotros mismos con el objeto de conseguir nuestro objetivo: agradar, seducir, convencer o liderar.
En la antigua Roma ya se acuño una frase que, posiblemente de forma involuntaria para quién la pronunció, sentó uno de los principales ejes sobre los que, años más tarde, se ha construido
“La mujer del Cesar, además de ser casta, debe parecerlo”.
Ser y parecer
Trasladando esa sentencia a los tiempos actuales, podemos llegar a la conclusión de que dos verbos resumen la esencia de
Prero, hay que ser distinto, mejor, diferente…pero además hay que parecerlo.
De poco sirven los mejores productos, servicios, procedientos y usos y costumbres si el entorno no lo puede percibir; no se lo hacemos percibir. De poco servirá, citar un ejemplo más ilustrativo, cantar bien, si nadie nos oye.
Como la mujer del Cesar, hay que conseguir enseñar las virtudes propias y lograr que nuestros receptores nos identifiquen con ellas.
Hay varias razones para hacerlo ya que resulta prescindible, para establecer nuestra diferencia y obtener nuestro objetivo, saber trasladar nuestras virtudes.
Segundo, la mujer del Cesar era sólo una y le valía con demostrar que lo era. Sin embargo, nosotros tenemos que demostrar que somos distintos a nuestra competencia. Hay más mujeres del Cesar, continuar la comparación, que también intentan demostrar su castidad. Por ello la tarea es doble y permanente.
En definitiva, las empresas tiene ahora la obligación de dar cuenta ya no sólo de la calidad de sus productos y servicios, sino también de sus proyectos, de sus misiones y de su gestión como elementos diferenciadores.
Sólo si conseguos cumplir esos objetivos nos diferenciaremos de los demás y marcaremos nuestro propio estilo que nos defina, nos identifique y nos procione ventaja competitiva. Ese es, a día de hoy, el gran reto de las organizaciones modernas que compiten en un mercado feroz, complejo y abierto a la opinión pública.
Evolución
La comunicación es un elemento consustancial a la raza humana y, progresivamente, ha experentado una evolución que ha marcado la nueva sociedad y marcará, a través de la adaptación de las tecnologías, el desarrollo de la sociedad futura.
La aparición de Intet y todas las ventajas que ata como medio de comunicación inmediato y global, ha supuesto una vuelta de tuerca para las empresas que deben, si no quieren quedar fuera del mercado, incorar sus ventajas a la gestión diaria.
A día de hoy, las empresas, a través de
El objetivo final es crear vínculos socioafectivos, emocionales, que lo emocional pra sobre lo racional.
Hay que establecer lazos que hagan que la opción de los públicos esté empujada algo más que el consumo del producto o servicio que se ofrece. En todo mensaje, el emisor proyecta una carga emocional, la cual puede ser considerada como spática, antipática, apática o empática. El reto es conseguir que esos mensajes estén cargados de esa carga emocional que sean del agrado de nuestros públicos y generen empatía.
La diferencialidad
El sociólogo Max Weber ya enunció en su Teoría de
En las empresas también opera esta máxa.
Aquella empresa que sabe comunicar mejor sus cualidades y, a la par, litar los mensajes que puedan dañarla es siempre mejor acogida que la que no lo sabe hacer.
Y, a mayor abundamiento, resulta obvio concluir que aquellas que lo hacen se diferencian más que notablemente de las que no lo hacen.
Por ello,
Surge un nuevo modelo de empresa transparente. Se compite servicio y también agen.
Hay que consolidar una personalidad, una identidad corativa que marque la diferencia. La agen ha pasado a ser una necesidad y no una moda o un capricho.
Sin embargo, de poco servirá la notoriedad y la agen si no se cumple el objetivo económico excelencia en una coración: ser rentable. Y los hechos ya demuestran la relación directa entre agen y rentabilidad.
Queda lejos la época en la que las empresas se despreocupaban de lo que su entorno pensara de ellas. Las películas de los años 50 exhibían regímenes casi de esclavitud en las factorías de mayor prestigio y hacían gala de costumbres y modos de actuar que hoy, de producirse, serían inmediatamente denostados.
A día de hoy, la transparencia, las buenas costumbres, la buena relación con el entorno y la permanente competencia diferenciarse de los competidores están creando coraciones con identidad propia que lo son, tal vez, el hecho de que comunicar lo contrario sería un desastre empresarial.
¿El cuarto poder?
No se puede negar que este esfuerzo de establecer diferencias en un mercado tan grande exige una tarea compleja y delicada, casi de tiralíneas, para que las empresas sean capaces de transmitir su mensaje. Y, en pleno siglo XXI, esto sólo se puede conseguir a través de los Medios de Comunicación.
En otros tiempos se hablaba de la prensa como el Cuarto Poder, detrás de Iglesia, Estado y Ejército.
A día de hoy, esta máxa hay que cuestionarla ya que la apisonadora de los medios, que han ganado en número y en libertad, puede considerarse como el prer poder.
Como señala Luis Arroyo en su libro “Los cien errores de
No en vano, Will Rogers resumió en una sola frase la tancia de este hecho:
“Todo lo que sé es splemente lo que veo en los medios de comunicación”.
La contundencia de esta afirmación es evidente: lo que los demás perciban de nuestra organización depende, en gran medida, de lo que los medios digan de nosotros.
Y, como enunció McLuhan, vivos en una aldea global en la que la información fluye e influye.
La paradoja de la agen
Todos vivos en un cla de opinión que nos influye a todos y que nos hace decidir sobre algo, optar de una manera determinada y teniendo en cuenta una componente emocional. Esa opinión se transmite de muchas maneras pero, fundamentalmente, los Medios de Comunicación. Y ese es uno de los grandes retos de las empresas a la hora de comunicar, de manifestar su cultura.
Las funciones de esta comunicación serán variadas:
Transmitir notoriedad y prestigio
Reflejar la densión de la empresa
Reducir mensajes no deseados
Que se cumplan estos objetivos y que se transmita lo que deseamos debe ser el reto de los Departamentos de Comunicación que asumen la responsabilidad de hacer llegar donde hace falta esa agen, con los mensajes deseados.
Y es que
El Capillismo, fenómeno psicológico que nos hace pensar en ocasiones que nuestra verdad es la que pensamos, y no la que nos indican desde fuera que es, supone un riesgo tan grande como peligroso.
Nuestra agen está fuera, es la que los demás tienen de nosotros. Y no podemos dejar de lado una constante comprobación de que lo que los demás dicen de nosotros es lo que somos y queremos ser.
Pero es la memoria colectiva la que ta. Nuestros mensajes dependerán tanto de nuestra voluntad como de la percepción de los demás y, ello, la tarea es constante y dificultosa.
Pat Jackson lo resumió a la perfección en una frase concluyente:
“El éxito no esta solo dentro de la empresa, también está fuera”.
El reto de
Tras todo lo explicado, nadie puede negar que
Yvy Lee lo recogió en una idea:
“Nuestro plan (el de la empresa) es ofrecer a la prensa y al público información precisa y otuna sobre asuntos que tiene interés y valor”
No sólo hay que ser; hay que parecer. Y los demás deben vernos como queremos que nos vean, y como somos o nos gustaría ser.
Alberto Calvo
Director de Comunicación de arsys









