La FIP denunció el deterioro de las condiciones para ejercer el periodismo en Filipinas, tras el arresto de dos profesionales de la prensa a los que una ex alcaldesa acusó de difamación.
El arresto se produjo en el ayuntamiento de Butuan cuando los dos informadores del rotativo ‘Philippine Daily Inquirer’, el más tante del país, asistían a una rueda de prensa. La ex alcaldesa les demandó la publicación en el ‘Mindanao Newswatch’, donde antes trabajaba Casion, de la carta de un lector en la que denunciaba que Plaza recibió sobornos de una empresa de la construcción cuando gobernaba Butuan.
Según la carta, Plaza aceptó fondos de Adfil a cambio de favorecer contratos municipales de esa empresa, y repartió una parte a su marido y otra al actual alcalde de Butuan. El presidente de FIP, Christopher Warren, pidió a la ex alcaldesa que retire la denuncia contra los periodistas y que cese la campaña emprendida contra los medios de comunicación que han recogido el caso.
El grupo también denunció que los dos sospechosos del asesinato del periodista Edgar Amoro permanezcan en libertad cuando hay una orden de arresto contra ellos. Ambos fueron identificados varios testigos como los autores del asesinato de Amoro, ocurrido en la ciudad de Pagadian (Mindanao) en febrero de 2005.
Warren señaló que en Filipinas los asesinos de periodistas disfrutan de inmunidad y pidió al Gobierno que proteja los derechos de los informadores aplicando la ley contra sus agresores. Filipinas es, tras Irak, la nación más peligrosa del mundo para ejercer el periodismo, según el informe del FIP de 2005.
AGENCIAS










