Todo es comunicación. Y eso debemos estar preparados para responder institucionalmente y como individuos ante los retos, los estímulos, y las necesidades de nuestro entorno. No basta con dar una respuesta cualquiera, hay que ofrecer una solución adecuada a cada situación, que responda a nuestros objetivos y que promueva situaciones de ventaja que contagien exponencialmente nuestro quehacer diario. Cada acción en el terreno comunicativo es como un niño que comienza a andar. La seguridad en cada uno de los pasos determina el éxito del siguiente. Desde la ingenuidad de ese niño que empieza a caminar podría parecer que comunicar es tan sencillo como andar. Nada más lejos de la realidad. La cada vez mayor complejidad del entorno empresarial requiere de un alto nivel de especialización en todos y cada uno de los ámbitos comunicativos. Pero, al mismo tiempo, diseccionar la comunicación de una empresa o una institución en compartentos estancos no es la solución. La globalidad de la comunicación es la que determina el resultado final y, la mismo tiempo, marca las pautas que deben definir el trabajo en todas y cada una de sus áreas. La necesidad de ofrecer una respuesta comunicativa homogénea, que responda a unos objetivos comunes, debe ser totalmente compatible con la toma de decisiones y la acción en diferentes niveles. Ante esta aparente contradicción, la respuesta se encuentra en la definición de una línea de comunicación muy clara de la que se puedan extraer los objetivos específicos de cada área, desde el g on line hasta la comunicación interna. Esa línea, esa visión, debe envolver cualquier acción de la empresa para ofrecer una agen única, sin renunciar a las especificidades, que refuerce su posición y la proyecte en todos los ámbitos. Pero la complicación no termina aquí, es necesario coordinar cada paso para comenzar a caminar y, con el tiempo, aprender a correr. Sólo cuando cada músculo de la empresa trabaja en la misma dirección, realizando cada uno su función específica, es posible aprovechar las infinitas posibilidades que plantea la comunicación. En este sentido, es fundamental que cada individuo, cada fibra del músculo empresarial, se caracterice la excelencia y el compromiso con el moviento comunicativo. Todo es comunicación y, lo tanto, cada decisión que se tome y cada acción llevada a cabo tendrá unas connotaciones que no se nos deben escapar, que debemos analizar y, si es posible, utilizar a nuestro favor. Y, ¿cómo conseguir que este complicado proceso “orgánico” funcione?. Confiando en profesionales altamente cualificados para los que la comunicación, en todos sus aspectos, es el caldo de cultivo perfecto para su creatividad, siempre al servicio de unos objetivos que contribuyan a poner en moviento el cuerpo empresarial. Capaces, al mismo tiempo, de crear sinergias y colaborar, desde diferentes puntos de vista y sin olvidar la singularidad de su trabajo, para conseguir un objetivo común: comunicar. Pablo Herrera Director General del Grupo BPMO