El síndrome de bruxismo es el hábito de rechinar o apretar los dientes en momentos que no corresponden a la masticación de los alentos, en especial durante el sueño nocturno. El estrés y la ansiedad de la sociedad moderna han convertido al bruxismo en un problema común que cada vez afecta a más adultos.
Los estudios muestran que la incidencia del bruxismo en la población general oscila entre el 10 y el 15 ciento. Es decir, entre 10 y 15 personas de cada cien padecen esta patología, que afecta más a las mujeres que a los hombres. Por cada tres hombres, siete mujeres sufren bruxismo. “Cada vez más personas, de entre 25 y 45 años, acuden a las consultas de odontólogos y estomatólogos con este problema”, afirma Juan Carlos Asurmendi, Vicepresidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos.
Pese a que su tratamiento no garantiza el éxito al 100%, sí que ayuda a corregirlo y, en muchos casos, se evitan daños mayores. La edad, el grado de desarrollo de este síndrome y el estado de salud general del paciente son factores a tener en cuenta el especialista antes de recetar una solución.
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Es muy común entre los niños rechinar los dientes, algo que en opinión de Juan Carlos Asurmendi, no debe confundirse con bruxismo. “Las razones para el rechinar de dientes de los niños suelen ser otras, como las lombrices, ejemplo. Cuando los niños padecen bruxismo suele ser razones troncales, es decir, que sus padres padecen bruxismo”. Pero cada vez más, el bruxismo se da entre los adultos, en los que responde más a un problema de estrés. El “rechinar” o “apretar los dientes” generalmente ocurre en grado leve en la mayoría de las personas durante el sueño. No obstante, se observan efectos severos en aproxadamente el 0,2 ciento de los adultos. Los registros y pruebas médicas a personas que no padecen bruxismo constatan un promedio de 260 contactos dentarios en las 8 horas de sueño; mientras que en los bruxistas se registran de
En general, como consecuencia de esta excesiva tensión muscular sobre las articulaciones témomandibulares, que son las que vinculan la mandíbula con el cráneo, además de afectar los dientes, puede provocar dolores de cabeza, de oído, vértigos, mareos y otras molestias. Se desconoce qué hace que una persona rechine los dientes, pero los expertos en temas dentales señalan, como en un informe de la Clínica Mayo de EE.UU, que en los adultos esa conducta podría relacionarse con la tensión, el estrés, la agresividad o la ansiedad. Algo que corrobora el doctor Asurmendi cuando asegura que “cada vez más acuden a las consultas de los especialistas pacientes con sintomatologías paralelas: dolor muscular de cuello y espalda, en los maxilares, en los oídos y dolor de cabeza; sensibilidad matinal en los dientes…” síntomas todos ellos de que existe un problema de bruxismo.
Una de cada tres personas sufre este síndrome de manera habitual y los especialistas aseguran que todos la hemos padecido alguna vez.
. Diagnóstico, síntomas y causas
El bruxismo se puede clasificar en cinco categorías, dependiendo de la forma en que se fuercen los dientes:
Bruxismo diurno. Se define como el apretamiento o frotamiento de los dientes generalmente de forma consciente. Suele estar relacionado con otros tics y es frecuente que se produzca en momentos de alta concentración: en el trabajo, estudiando, etc…
Bruxismo nocturno. Es totalmente inconsciente. Se produce mientras se duerme. Puede tener lugar apretamiento o friccionamiento y provoca el cansancio muscular y dolor de cabeza que aparece al levantarse de la cama.
Bruxismo céntrico o de apretamiento. Se aprietan los dientes una contracción muscular. Estos no llegan a desgastarse, pero la mandíbula tiende a cargarse en exceso, provocando las molestias y dolores.
Bruxismo excéntrico o de frotamiento. Los dientes rechinan produciendo un desgaste dentario.
Bruxismo diurno y nocturno: Tiene lugar en cualquier momento del día.
Al tratarse de un acto inconsciente muchas veces no se pone remedio hasta que los daños en la cavidad bucal son evidentes.
Las personas que sufren esta enfermedad se dividen en dos grupos:
- Bruxistas: los que aprietan los dientes durante la noche sin darse cuenta.
- Bruxómanos: quienes lo hacen el día y son conscientes de ello.
En Estados Unidos cerca de diez millones de personas padecen bruxismo crónico, aunque prácticamente todas las personas lo sufren en algún momento de su vida, normalmente sin mayor tancia. No obstante, se ha comprobado que afecta sobremanera a las personas con Síndrome de Down y a quienes sufren alteraciones del sistema nervioso central.
Tratamiento eficaz
Un informe del Orthodontic CyberJournal asegura que “la llave en el diagnóstico no es la presencia o ausencia del hábito, sino su frecuencia, su capacidad destructiva o síntomas físicos”. Además, agrega, casi el 80% de los bruxómanos no se dan cuenta de su hábito o se sienten avergonzados, lo que no hablan del tema y no consultan.
Pese a que su tratamiento no es sinóno de éxito al 100%, los actuales métodos sí que ayudan a corregirlo y, en muchos casos, se evitan daños mayores. La edad, el grado de desarrollo de este síndrome y el estado de salud general del paciente son factores a tener en cuenta el especialista antes de recetar una solución.
El tratamiento puede ser tanto dental como psicológico. En este últo caso, se enseña al paciente a relajarse y a elinar sus manías, mediante técnicas de relajación, como el yoga, la acupuntura etc. Los especialistas, estomatólogos y odontólogos, coinciden en señalar la tancia de irse a la cama relajado, sin tensiones, lo que se debe evitar hacer ejercicio una hora antes, así como las cenas copiosas o las discusiones familiares o profesionales. Durante el día, el paciente tiene que aprender a descansar la mandíbula, dientes y lengua con el fin de no apretar los dientes constantemente.
El tratamiento odontológico, su parte, suele consistir en la colocación de una férula de descarga semirígida, que no provoca ninguna molestia, ya que el paciente se la pone al acostarse y no le pide descansar perfectamente. Estos aparatos, fabricados con una resina especial, se crean a medida del paciente y se adaptan a los dientes superiores. Su principal objetivo es que estos no se friccionen entre sí, evitando el desgaste dental y relajando los músculos y articulaciones faciales. Estas férulas se utilizan la noche, de ahí que sea uno de los tratamientos más utilizados; resultan más estéticos y no interfieren en otras acciones orales. Para los casos más graves, existen medicamentos y relajantes musculares que complementan el uso de la férula de descarga.