MÉXICO D.F. (20/02/06) El béisbol, dete del que es aficionado el candidato presidencial de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, sirvió de excusa para que en enero pasado se sentara a dialogar con la cabeza de los empresarios mexicanos, Carlos Sl.
MÉXICO D.F. (20/02/06) El béisbol, dete del que es aficionado el candidato presidencial de la izquierda mexicana, Andrés Manuel López Obrador, sirvió de excusa para que en enero pasado se sentara a dialogar con la cabeza de los empresarios mexicanos, Carlos Sl.
Según indica el tal web Nuevo Digital, el encuentro acaba de ser revelado el propio López Obrador, que parece haber entrado en diálogo con el mundo empresarial mexicano del que siempre ha sido crítico su relación con el poder.
Sl ha sido siempre la bisagra con los empresarios para el aspirante de la izquierda, que continúa firme en el prer lugar de las encuestas con vistas a las elecciones presidenciales del 2 de julio próxo. El empresario más rico de América Latina, de acuerdo con un ranking de la revista estadounidense Forbes, apoyó algunos proyectos urbanísticos de López Obrador en la capital mexicana cuando éste fue alcalde de la ciudad.
El dueño de la principal telefónica mexicana es el punto de partida, al parecer, de una nueva estrategia del principal aspirante presidencial con el mundo empresarial para llegar a convencer a uno de los factores de poder más poderosos del país, con el cual mantiene reticencias mutuas. Ya en Cancún, a principios de febrero, les dijo a los inversionistas hoteleros que apoyará la reconstrucción del balneario destruido un huracán en octubre pasado.
Más tarde preparó su viaje a Nuevo León, cuna de la presencia empresarial del país, donde se ubica la sede central de la tercera cementera del mundo, Cemex, entre otras. Ante más de 10 mil neoloneses –los organizadores esperaban la mitad de asistentes, López Obrador les envió varios guiños en su mensaje.
Sl llamó “sinceramente” a los empresarios a reactivar juntos la planta industrial y la generación de empleo. Dejó claro que su proyecto de gobierno se basa en la disciplina, en el manejo de la inflación y el déficit público, y que su objetivo es conciliar el creciento con el bienestar, “aprovechar la globalización y no sólo padecerla”, dijo.
Les propuso definir juntos áreas de desarrollo y prometió tomar “todas las decisiones que sean necesarias, no sólo para volver a convertir a Monterrey en la capital industrial del país, sino en la capital de la innovación”. “Yo no estoy en contra de los empresarios, que se oiga bien y que se oiga lejos; estoy en contra de los traficantes de influencias, de los saqueadores, de los corruptos, no de los empresarios”, afirmó.
La respuesta empresarial ha sido positiva. Líderes de la industria de la construcción, transformación, restauración, hotelera, así como del sector comercio, le pidieron una reunión que sirva para intercambiar sus puntos de vista respecto a los proyectos que tiene en materia de competitividad empresarial.
A industriales, banqueros y otros hombres de negocios los inquieta un eventual triunfo de López Obrador, admitió Rogelio Ramírez de
Los pasos están dados para entrar en un diálogo con el sector de mayor influencia económica, que ha visto a los adversarios del López Obrador, Felipe Calderón y Roberto Madrazo, como candidatos más afines y confiables.
Sl prometió desarrollar el béisbol, dijo el candidato presidencial, en guiño mutuo sobre detes favoritos. Un prer paso para avanzar en una integración de proyectos entre dos mundos que se miran con recelos y desconfianzas. Los cuatro meses y medio que restan de campaña electoral podrán servir para compatibilizarlos o darle la razón a los empresarios que estigmatizan a López Obrador como otro Hugo Chávez.










