Ana Rosa Quintana es de esas mujeres a las que nunca se les debe preguntar la edad. No es tante que parece incluso que no la tiene. Con decisión y trabajo se ha ganado a pulso la confianza de las amas de casa y la admiración de muchas otras mujeres que ven en ella un ejemplo a seguir. Splemente Ana Rosa, superhéroe de cómic capaz de sacar adelante el programa matinal más visto en España y cuidar de una familia de cinco personas.
Está usted estupenda ¿Cómo lo hace?
Pues como casi todas las profesionales que trabajan y tienen familia: aparcando el tiempo, muchas veces, de tu vida personal. No te puedes permitir ciertos caprichos, pero otra parte te compensa. Me gustaría que todo fuese más fácil, sobre todo, para las mujeres que no disponen de medios económicos.
La gente no se acuerda… ¿En qué año presentó el Telediario en TVE?
Eso fue en el
¿Cómo le fue de corresponsal en Nueva York?
Fue una de las etapas más divertidas de mi vida profesional. Apasionante. Ese año ocurrieron muchas cosas. Centroamérica estaba muy caliente, viajé mucho. Cubrí muchos acontecientos tantes; incluso unas elecciones de los Estados Unidos.
De vuelta a Madrid
Digamos que en Nueva York estuve un poco de freelance. Cuando volví a Madrid lo hice sin trabajo, aunque en seguida me dieron las tardes en Radio Cadena. No tradé demasiado, pero hubo incertidumbre.
¿La ‘prensa rosa’ le debe su nombre?
La prensa rosa ha existido siempre, no se la ha inventado la tele. Las revistas del corazón tienen ya cincuenta años. Hasta ‘Extra Rosa’ nunca tuve ningún contacto con este mundo. Pero ese formato no era convencional sino glamouroso: mostraba la vida social, moda, cine, teatro… Un montón de cosas. La verdad es que como periodista, de buscar información, nunca he cubierto esta información. He presentado magacines en los que la información rosa cubría tan sólo una sección.
¿Existen diferencias entre los cuatro magacines que ha presentado en televisión?
Creo que siempre ha realizado una información de sociedad en la misma línea, aunque los personajes y las informaciones han cambiado. Siempre he hecho una información bastante light.
Ahora está en un 27% de cuota de pantalla. ¿Es su máxo histórico?
Con ‘El programa de Ana Rosa’ hemos llegado a un 32%, y con ‘Sabor a ti’ rondamos estas cifras, lideramos las tardes durante cuatro años.
¿Está acostumbrada a estar arriba?
No, no. Estoy acostumbrado a estar arriba, abajo, en medio, en paro… Ya son años de profesión, nunca he estado fija en ningún sitio. Pero las cosas son así, nada dura eternamente, los programas a veces funcionan, y a veces no. Incluso a veces, el mismo programa, con la misma gente y los mismos contenidos. El éxito es bastante difícil de predecir.
Imagino que los reconocientos no han venido solos
Pertenezco a una generación que lleva mucho tiempo en esto, y en la que ninguno ha empezado desde arriba. Hablo de Olga Viza, Mercedes Milá, Isabel Gemio, Teresa, Sardá… Un montón de gente que estamos haciendo programas con más de cuarenta y cinco años también hemos hecho prácticas. Hemos hecho prácticamente de todo.
¿Entra dentro de sus proyectos escribir otro libro?
En este momento, con una productora, una revista y tres hijos, no me queda tiempo para hacer mucho más.
¿Cómo lo llevan en casa? No se puede decir que sus hijos estén toda la mañana sin verla…
No hombre, los niños a esa hora no tienen que ver la tele sino jugar en el parque.
¿Le echan de menos?
No. Paso mucho tiempo con ellos. Y tampoco es cuestión de echar muchas horas, sino de dedicarte al cien cien ese tiempo.
