23 de febrero del año 81. No hace falta explicar lo que pasó. Precisamente, que hubo gente que estaba allí para contarlo. Periodistas como Manuel Hernández de León, Manuel Pérez Barriopedro, Rafael L. Díaz, y José Marin, se reunieron en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense, con motivo de una exposición de 120 tadas de periódicos nacionales e internacionales el día siguiente de aquel día tan triste para España.
23 de febrero del año 81. No hace falta explicar lo que pasó. Precisamente, que hubo gente que estaba allí para contarlo. Periodistas como Manuel Hernández de León, Manuel Pérez Barriopedro, Rafael L. Díaz, y José Marin, se reunieron en la facultad de Ciencias de
Estos cuatro periodistas se encontraban trabajando en aquella fatal sesión de investidura de Calvo Sotelo a
PRNoticias charló con ellos en los momentos previos a la conferencia. Todos coincidieron en que la situación de confusión vivida aquella jornada pasó de la incertidumbre al miedo. Ninguno de ellos conocía el desenlace. Pero a todos les pudo un sentiento que superó al terror patente: la responsabilidad de informar.
De izquierda a derecha, Carlos Berzosa (rector de la U. Complutense), Santiago Carrillo y Manuel Nuñez.
‘Creo que mi reacción estuvo enca de todo. Se que mi respuesta a aquella situación fue debida al inconsciente. Era mi obligación, pero me di cuenta mucho después’, comenta Manuel Pérez. El fotógrafo conocía bien la situación política; no en vano, había realizado varias instantáneas relacionadas con los protagonistas de la ‘operación Galaxia’. ‘Cuando los golpistas hicieron acto de presencia, yo sabía que se trataba de un golpe de Estado. De lo que no era consciente era de que mis fotografías pasarían a la historia’. Y es que Pérez sintetiza perfectamente en qué consiste su oficio, incluso en situaciones extremas. ‘Cuando disparas –la cámara, pierdes la visión de lo que estás haciendo.
Su compañero, el también fotógrafo de EFE Manuel Hernández de León, coincide con su colega a la hora de defender que ‘en esos momentos, la necesidad de informar está enca del miedo’. Y es que su caso es muy especial. A principios de febrero de aquel mismo año, Hernández de León realizó una sesión de fotos al Coronel Tejero en su propia casa. Imagínense su sorpresa al verle entrar, pistola en mano, en el Hemiciclo.
A Hernández de León nunca le tembló el pulso. Sus fotografías y las de su compañero dieron la vuelta al mundo. En parte, gracias a su sangre fría. Pero, ¿cómo pudo salvaguardar la integridad de la película de su cámara fotográfica? ‘Escondiéndola, en una visita al servicio, en un lugar que os podéis aginar’, concluye categórico.
La exposición, organizada
Seguiremos Informando…










