Es sabido de antiguo que los madrileños son los ciudadanos más rebeldes del mundo ante las “prohibiciones”. Un madrileño no sota un cartel de “SE PROHIBE” y automáticamente hace todo lo contrario. Quizás para eso Madrid sea la capital de los “motines”. Aquí se pone un cartel diciendo “Se prohíbe pasar el césped” y pasan el césped hasta los curas y las monjas. Aquí se pone un cartel diciendo “Se prohíben perros” y hasta la señora del cuarto entra con un caniche. Aquí se pone el cartel de “Se prohíbe fumar” y al dueño del local le puede suceder lo que se publicó de un bar de Doctor Esquedo, que a las 48 horas le tuvo que retirar y poner con urgencia otro diciendo y con exclamaciones “¡¡Aquí se permite fumar y el dueño paga las multas!!”, pues en esas 48 horas no entró en el bar ni los no fumadores. ¡La ruina!
Por eso ha llamado la atención la iniciativa de un bar de Vallecas (un madrileño castizo) que ha puesto en las cristaleras un cartel que dice: “Aquí se invita a una caña y un pincho al que no fume”… y lo visto hay cola y se acabaron los humos. Y la pregunta es muy sencilla: ¿y qué el Gobierno en lugar de multar al que fume no premia con 100 euros al que no fume? Sería la mejor Ley antitabaco del mundo.
Atocha fue siempre la puerta de Andalucía
