Asistencia sanitaria para El Salvador gracias a la Fundación AstraZéneca

En un encuentro con los medios de comunicación, celebrado en el Colegio de Médicos de Madrid y moderado la periodista Leonor García Álvarez, un grupo de especialistas españoles ha relatado su experiencia en El Salvador, de donde acaban de regresar después de una intensa semana de prestar allí asistencia sanitaria en cada una de sus respectivas especialidades.

Carlos Hernández, jefe de servicio de Urología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, Miguel Angel Delgado, jefe de cirugía del Hospital Universitario de Getafe, Maria de los Angeles García Teresa, médico adjunto de la Unidad de Intensivos de  Pediatría del Hospital del Niño Jesús de Madrid, y José Antonio Borrego, jefe de la Farmacia Depósito de la Inspección General de Sanidad de la Defensa, relataron sus experiencias con el convenciento de que la divulgación de las mismas es prescindible para mover a la sociedad en ayuda de estas poblaciones.

El proyecto llevado a cabo la Fundación AstraZéneca concilió el deseo de numerosos profesionales sanitarios de toda España, de prestar su ayuda y conocientos en ayuda de los más desfavorecidos, con la necesidad de apoyo reclamado la Fundación Padre Arrupe que lleva una tante labor en aquél país centroamericano.

A través de este proyecto se reclutó un grupo de 35 especialistas españoles (cirujanos, pediatras, urólogos, neumólogos, farmacéuticos, etc.), muchos de ellos jefes de servicio de tantes hospitales españoles, deseosos de acudir en ayuda de un tante núcleo de población necesitado de atención médica.

La zona de influencia del proyecto tiene una población total de 800.000 personas, de las que un gran centaje son niños y jóvenes menores de 24 años. La mayor parte procede de la emigración de sus lugares de origen situados al norte y al oriente del país y la esperanza de vida es de una media de 65 años.

El proyecto se planificó de tal forma que los profesionales sanitarios españoles desplazados pudieran ayudar de forma concreta, sin las pérdidas de tiempo que supone toda nueva adaptación a un nuevo entorno. Para ello, se contó con la cooperación de los especialistas locales, lo que ha permitido una agilización del trabajo muy productiva.

Los médicos españoles se encontraron a su llegada a El Salvador con un programa de trabajo perfectamente estructurado en base a las necesidades locales. Tanto los propios médicos participantes como las fundaciones que han coordinado el proyecto eran conscientes de que una semana de intenso trabajo no era suficiente para resolver las necesidades sanitarias de aquella zona. Sin embargo, el programa contemplaba también el intercambio de conocientos entre estos voluntarios y los equipos médicos locales, a fin de que la ayuda prestada retase beneficios más allá de la litada estancia de los especialistas en aquél país.