La vida ministerial no sota el silencio. Después de dos años de clandestinidad, el Ministerio de Medio ambiente sale de la sombra, abandona “il sottobosco” que dicen los italianos, para plantearnos el últo choque entre la civilización y la vida anal, las fronteras del progreso y del creciento urbano. Durante el prer bienio,
Ciertas corrientes del ecologismo plantean el sacrificio de la especie humana en beneficio de la protección de la variedad anal. El planeta sería sólo una herencia que debemos transmitir a la próxa especie que se haga cargo de su equilibrio, sea esta el mono que nos pide paso, la vaca sagrada india o el últo cretino con carné de funcionario. Sólo hay que pedir unas fotos de los dirigentes de este engendro mental para explicarse esa deriva tan absurda. Uno de esos alienígenas está instalado en nuestro ministerio. Desmanteló el Plan Hidrológico Nacional sin haber pensado en una sola alternativa. Cada vez que en Murcia, en Valencia, en Almería, o en el sur de Tarragona la escuchan hablar de plantas desaladoras se parten de risa, y lloran desesperados mientras la tierra se cuartea, blanca de potasa y sodio. De su negociado no ha salido una sola idea para resolver los grandes problemas medioambientales de la nación, quizá que el ambiente no está para plantas que no sostengan banderas.
La últa ocurrencia de Narbona consiste en pedir que se paralice la M501, también llamada la carretera de los pantanos. El servicio secreto ministerial, y algunos satélites ideológicos, han encontrado huellas de lo que parece un lince. Los escépticos piensan que se trata del gato Manolo, aquel felino salvaje que habitaba en la Moncloa en los tiempos de Aznar. El frotado diario con los tobillos del jefe le habría conferido una fiebre antidoméstica y montaraz, suficiente para colonizar los encinares y vagar el monte bajo mientras Zapatero habita en los salones del palacio. Se están registrando huellas de lince ibérico en Valencia, en Murcia, en Castilla y León, pero el tante es el de Madrid, que establece una frontera para el creciento de este pueblo mesetario gobernado la derecha.
Todo el lince. A partir de hoy, verán como el gato justifica las sandeces de un montón de cretinos que se encadenarán a rocas y encinas, a la búsqueda de un mundo ancestral, donde los felinos dominaban a los humanos hasta que llegó el asfalto y el progreso. Ahora Narbona pondrá las cosas en su sitio con cuatro arañazos al cartel electoral. ¡Tigresa!
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