¿Quién dijo narcisismo? ¿No es, acaso, el sueño de cualquier coleccionista? Las creaciones de High Flammable Toys, empresa liderada el norteamericano Rusell Tucker, hacen las delicias de yuppies, actores, políticos y jefes de oficina. Lo que comenzó como una peculiar y emprendedora iniciativa hace ya diez años, ha desencadenado en su comercialización desde hace tres.
¿Quién dijo narcisismo? ¿No es, acaso, el sueño de cualquier coleccionista? Las creaciones de High Flammable Toys, empresa liderada el norteamericano Rusell Tucker, hacen las delicias de yuppies, actores, políticos y jefes de oficina. Lo que comenzó como una peculiar y emprendedora iniciativa hace ya diez años, ha desencadenado en su comercialización desde hace tres.
El 90% de las personas que demandan este revolucionario juguete son mujeres, explica Tucker. Sin embargo, afirma que todavía no le han encargado ningún niño. Famosos como Sadam Hussein con su atuendo de presidiario, George W. Bush, Tony Blair, Condoleeza Rice y Hillary Clintonya tienen su unidad. Un gran número de actores también han encargado su propia réplica.
La moda tuvo su boom, cómo no, en Navidades. ‘Se puso la moda de que los jefes los regalasen a sus propios empleados’, explicó el creador, bromeando sobre el detalle a la inversa, que juzgó más difícil, que ‘es más delicado: si al jefe no le gusta, te echa’, bromeó.
Según explicó el empresario a Carmen Rosa, del diario Qué!, cada figura se hace artesanalmente en una serie de cinco pasos y cuesta, con sus tres accesorios favoritos, cerca de 500 euros. ‘La mayoría de mis muñecos son yuppies, así que los accesorios más solicitados son las bolsas de golf. Últamente también me piden muchos iPod y, casi siempre, incluyen una taza de café’. Pero cada cliente es un mundo y a veces, cuenta, rozan el surrealismo. ‘Una cliente me pidió que incluyera en el lote a su caballo favorito’, explicó.
Desde su estudio de Nueva York, Tucker se destapa diciendo era un apasionado de los G.I. Joes. Más tarde, su afición se convirtió en su negocio y forma de vida. De momento, tiene más de cien encargos exclusivos hasta final de año. ‘Incluyo aquí los muñecos de la tarta de mi boda’, sonrié.










