No corresponde a un recién llegado poner a debate lo mucho o lo poco, lo bueno o lo malo de una organización que pretende ser representativa de un sector de la comunicación. Lo único que realmente cabe es manifestar un propósito ilusionado y arengar una comunidad de miembros realmente partícipe y sobre todo solidaria con nuestro quehacer profesional.
La ilusión no va reñida, sin embargo, con la percepción. Hasta ahora, menos de un año transcurrido desde la incoración de Newsline (www.newslinepr.com), observamos ganas de trabajar en diferentes ámbitos y el cambio de sede social de Barcelona a Madrid con la incoración de un gerente en su estructura.
No entraré en polémica. Me preocupan más las cuestiones de tamaño –es decir, que las empresas medianas nos veamos convenientemente representadas, que las cuotas sean más ajustadas todavía y que de forma eficiente se presten servicios y otunidades de negocio.
La representatividad de nuestro colectivo profesional es, sin lugar a dudas, un aparato básico para ganar respeto entre los diferentes actores políticos y sociales a los que nos debemos. Pero también es tante que ADECEC –como cualquier colegio profesional ofrezca ventajas tangibles a sus socios.
Aún siendo tantes no bastan los cursos de formación, la creación de galardones o los modelos de representación política. Esos son caminos necesarios, pero que forman parte de un cierto florilegio de costumbres. A mi juicio, la patronal ha de pulsar esencialmente el pensamiento estratégico que envuelve nuestra actividad y crear instrumentos de captación de negocio, esencialmente internacional, para sus miembros.
La tarea realizada hasta ahora creo que ha sido enormemente tante. Pero los retos continúan y entre todos hemos de optizar estos otros valores para satisfacer las demandas de la globalidad de los miembros de ADECEC.
Miguel Ramos Tornadijo
Presidente de NEWSLINE










