Los portavoces de George W. Bush no agotan las legislaturas

Durante la jornada de ayer se dio a conocer la renuncia de Scott McClellan como Portavoz del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, tras dos años y medio en el cargo. Tras la renuncia ¿obligada? de McClellan, se eleva a dos el número de tavoces que han ditido de sus funciones durante los escasos seis años que lleva el Gobierno Bush, tras la consabida disión de Ari Fleischer en julio de 2003 cuatro meses después de la declaración de guerra a Irak, ninguno de los cuales ha logrado completar una legislatura.

Durante la jornada de ayer se dio a conocer la renuncia de Scott McClellan como Portavoz del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, tras dos años y medio en el cargo. Tras la renuncia ¿obligada? – de McClellan, se eleva a dos el número de tavoces que han ditido de sus funciones durante los escasos seis años que lleva el Gobierno Bush, tras la consabida disión de Ari Fleischer en julio de 2003 cuatro meses después de la declaración de guerra a Irak, ninguno de los cuales ha logrado completar una legislatura.

Sin embargo, parece que los motivos que provocaron la disión de ambos tavoces son bien distintos: mientras que la renuncia de Fleischer obedeció a razones personales y de agotamiento, todo hace indicar que la de su sucesor es fruto de una profunda reestructuración ideada el jefe de personal de la Casa Blanca, Josh Bolten, con la que pretendería aumentar los índices de popularidad del Presidente.

La etapa Fleischer, caracterizada un tono monocorde carente del histrionismo intrínseco a cada uno de sus predecesores concluyó de manera voluntaria, varios meses antes de que comenzara la precampaña que llevaría a la reelección a George Bush tras superar a John Kerry en noviembre de 2004.

Fleischer, que tiene en su haber el haber sido la cara del Gobierno norteamericano en uno de los momentos más trascendentales de su historia (atentados del 11S y las invasiones de Afganistán e Irak, respectivamente), decidió tomarse un respiro tras veintiún años dedicado a la Administración Pública.

Por su parte, McClellan, desde 1999 asesor de prensa de Bush, se ha caracterizado siempre una actitud pasible ante la avalancha de críticas recibidas la Administración Bush, si bien durante los últos meses su carácter se ha ido debilitando sobre todo a causa del ‘escándalo Plame’, la filtración a la prensa del nombre de una agente del organismo encargado de espionaje de EEUU, la CIA.

La estancia de ambos en el cargo – Fleischer, 15 meses; McClellan, 18 da una buena muestra del nivel de exigencia de ser la agen del político más tante del Planeta.

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