LIMA (24/04/06) El nombramiento del periodista español Ramón Pérez Almodóvar como asesor durante la campaña de la segunda vuelta del candidato ultranacionalista Ollanta Humala, lejos de “lavarle la cara” condenar regímenes autoritarios, le ha perjudicado en su agen frente a la prensa peruana, que esta que puede radicalizar aún más un futuro gobierno del representante de
Licenciado en Ciencias de
Según informa la prensa nacional, Pérez Almodóvar estará encargado de establecer estrategias de comunicación y consolidación de mensajes a partir del plan de gobierno con el fin de enfrentar esta nueva de la campaña presidencial, que muy posiblemente apelará al voto aprista y fujorista, a través de las denuncias de los incumplentos de los representantes locales de esas tendencias.
Críticas de
La edición online del diario Correo de Perú recoge la reacción del obispo emérito de Chbote, Luis Bambarén, que lamentó que Humala confíe en alguien que califica al papa Benedicto XVI como el gerente general de una “transnacional llamada Vaticano”, lo que pidió respeto a la fe de los peruanos.
“Rechazo esas expresiones… Me llama la atención que el señor Ollanta Humala, que se dice nacionalista, busque un asesor extranjero –con ideas radicales–, teniendo tantos peruanos mejores, capacitados y que conocen perfectamente nuestra realidad”, señaló preocupado que Humala pueda ser vícta de un neocolonialismo español que se asoma y que en ese país se ha expresado como un rechazo a
Violencia contra los periodistas
Los medios de comunicación peruanos informan de que los seguidores del candidato presidencial Ollanta Humala apelaron a la violencia contra unos periodistas que sorprendieron al candidato cuando grababa un spot que utilizará para su campaña en la segunda vuelta.
El incidente con los medios se produjo en el centro campestre Portada del Sol, en Chosica, cuando la presencia de las cámaras de televisión disgustó a Humala, quien canceló abruptamente la filmación, subió a su vehículo junto a su esposa y emprendió la retirada, mientras que sus seguidores, que habían sido llevados en varios autobuses para la grabación, insultaron a los periodistas y los acusaron de estar vendidos a ciertos intereses políticos.










