‘La independencia creativa es algo impagable’

¿Te paran la calle?

Lo cierto es que cada vez más. La gente que me para suele ser fan de ‘La Hora Chanante’. Y luego, los que se quedan mirando y susurran, son seguidores de ‘Camera Cafe’. Estos son, a grandes rasgos, los dos subgrupos de gente que me conoce. 

¿Te sientes un rostro televisivo?

No, la verdad es que no. No tengo ese concepto de mí. Ni siquiera me siento popular, ni nada parecido, la verdad.

Pero este reconociento, ¿te ha venido de sorpresa?

No es sorpresa que tampoco ha sido una cosa, digamos, radical. Cuando llevas tiempo trabajando, y lo que has hecho lo has hecho en canales y programas pequeños, vas acumulando fans con cuentagotas. Es verdad que lo de ‘Camera Cafe’ está sometido a una exposición mayor, pero uno no dice ¡Dios mío! ¡Soy famoso! No es como Rosa, la de ‘Operación Triunfo’, que dices –voz de chica ¡me cambió la vida! Como sucede más lento, lo asilas más y mejor.

¿Qué le debe Joaquín Reyes a ‘Nuevos cómicos’ de Paramount Comedy?

Gran parte de mi trabajo. De hecho, continúo en la cadena. La forma de empezar con los monólogos fue, además, el pistoletazo de salida de todo esto.

En una ocasión, hace tiempo, dijiste que no aspirabas a dar el salto a las cadenas generalistas. Ya lo has hecho.

Hombre… El caso de ‘Camera Café’ es distinto. Realmente, no es una aspiración, ya lo he dicho muchas veces. El trabajo que yo hago en ‘La Hora Chanante’, en Paramount, no es un medio, sino un fin en sí mismo. Lo cierto es que el panorama está cambiando que cada vez hay más canales y, tanto, más otunidades de trabajar en ellos. No es que yo me niegue, al revés; yo estoy encantado en ‘Camera Cafe’. Lo que no quiero es hacer cualquier cosa a cualquier precio, quiero estar orgulloso de lo que haga y hasta ahora, la verdad, ha sido así.

Independencia y libertad creativas, riesgo sin presión de resultados. ¿Es la Paramount un paraíso fiscal hablando en términos de contenidos televisivos?

Totalmente, hay libertad para trabajar. Los medios son menores, más humildes; pero se gana en independencia creativa, y eso es una cosa ¡pagable!

¿Os han censurado alguna vez, irreverentes?

No, nunca. Yo sí que ejerzo la autocensura, como todos los que nos dedicamos a esto, pero nadie de Paramount me ha dicho ‘esto no lo pongas’. Jamás.

¿Cómo compaginas las grabaciones de ‘La Hora Chanante’, ‘Smonka’ y ‘Camera Cafe’?

Intento sacar tiempo de donde puedo. Entre parón y parón de ‘Camera Cafe’, saco el tátil y escribo mis guiones y estoy en contacto continuo con la productora de ‘LHC’. Procuro no perder el tiempo y además, muchas veces, cuando te gusta lo que haces, lo haces sin darte cuenta.

¿Qué ofertas rechazaste hasta que llegó la de Canal Plus?

Hombre, no te lo puedo decir, que eso queda feo… No muchas; pero vaya, dije que no a algunas cosas. Rechacé cosas como colaborador que no veía claras. Quizá no me veía preparado, o yo qué sé; pero sí, rechacé algunas, la verdad… Luego, me gustó lo de ‘Lo + Plus’, que iba a ser un personaje mío, iba a hacer yo los guiones, iba a tener más tranquilidad que no iba a ser una colaboración diaria, en directo, en un programa consolidado… Me entusiasmaba el tema.

Roberto Picazo en Lo Más Plus y Ricardo Mesa en Camera Café. ¿Qué personaje se ajusta más a Joaquín Reyes?

Yo creo que… No sabría decirte. Pero el Richard de ‘Camera Café’ se parece más a mí, que no voy caracterizado e intento que parezca más natural, aunque la personalidad no se parezca mucho que él es mucho más gambitero. Roberto Picazo era bastante distinto a mí, pero si hay algo que me gustaba de él es que era muy blanco. Creo que las cosas se pueden decir con cierta blancura. Pero vamos, que ninguno de los dos se parece a mí especialmente.

¿Por qué triunfa Camera Café?

Prero, que los capítulos son muy cortos. Hay mucho dinamismo y muy poca continuidad. Puedes ver uno, a los dos días otro, sin perder el hilo. Sin embargo, hay personajes fijos con los que la gente se identifica, les toma cariño… Luego, que se desarrolla en un lugar de trabajo y aunque los personajes están muy estereotipados, no dejan de parecerse a los que hay en realidad. Todo eso le gusta a la gente; la hora en que se emite… Además, creo que los guiones están muy bien escritos. A veces, me dejan meter morcillas, pero no intervengo en los guiones. También el casting y la dirección son muy buenos. Todo esto, que pueden parecer obviedades, no es muy fácil que se dé. El ritmo es rápido y el humor, blanco y a veces disparatado. En otros momentos puede llegar a tener muy mala leche. A la gente le gusta.

Mucha gente no conoce La Hora Chanante, un programa hecho Joaquín Reyes a su propia medida. Me agino que te habrán preguntado qué es exactamente LHC como un millón de veces.

‘La Hora Chanante’ es un programa de sketches, un programa de humor, más o menos parecido al ‘Saturday Night Light’ –exagerando el acento, que se emite… Espera, voy a preguntarlo –se escuchan gritos. Vuelve como a los veinte segundos. Coño, no lo sé. En un canal de Norteamérica, creo que la NBC. Bueno, da igual. Es un programa de sketches, lo que pasa es que no hacemos humor de actualidad, sino que rescatamos personajes históricos, no hacemos itaciones de los ochenta, ejemplo. Hay anaciones, no hay itaciones al uso sino parodias a nuestro estilo, es un programa mensual que dura media hora… Todo eso hace que sea muy raro, un programa bastante raro. Como no sufros el acoso de las audiencias, podemos permitirnos bastante libertad a la hora de escribir los guiones y experentar cosas.

Veo que te lo tienes aprendido de carrerilla.

¡Claro! –cambia el registro de voz ¿No ves que esta pregunta ya me la tengo yo… automatizada?

¿Continuar al frente de LHC sigue siendo, en aras de proyectos televisivos, lo que más feliz le hace?

Sí, sin lugar a dudas. Es lo que más ilusión me hace hacer.

¿Va Joaquín Reyes camino de convertirse… en qué, exactamente?

No lo sé. No tengo esa visión de futuro. Prefiero ir día a día que aún me sigo considerando un intruso en esto, yo me dedicaba al diseño y al dibujo y ahora ya me ves, en otras labores… Prefiero pensar que todo esto es provisional y no pensar en el futuro, sino en ir poco a poco. No se dónde acabaré, igual voy camino de convertirme en un anacoreta que está metido en casa dibujando. No me costaría dejar todo esto, pero seguiré, en la medida de lo posible, haciendo las cosas que me gusta hacer.