MÉXICO D.F. (11/05/06) Tres fotógrafas extranjeras fueron violentamente repridas mientras cubrían, contradictoriamente, una manifestación la paz el pasado jueves 4 de mayo en el suburbio de San Salvador Atenco, en México.
Según denuncia la asociación Reteros sin Fronteras (RSF) cuando se desarrollaban las movilizaciones en la que se condenaba la muerte de un adolescente de 14 años, asesinado la víspera durante una actuación policial, la fotógrafa española María Sostres; la estudiante alemana de fotógrafa, Samantha Dietmar, y Valentina Palma Novoa, estudiante chilena de antropología y realización cinematográfica, fueron detenidas efectivos de la policía.
Durante en el operativo, a las tres profesionales se les confiscó material como películas, fotos, un magnetófono, las cámaras fotográficas y sus agendas, para después ser víctas de agresiones físicas y tocamientos sexuales parte de algunos agentes policiales. Tras ello, fueron expulsadas del país.
“Condenamos con firmeza la actitud de las fuerzas del orden. Sus actuaciones violan gravemente algunos derechos fundamentales y se traducen en un uso abusivo de su poder. Resulta inadmisible la punidad que parece disfrutar la policía mexicana en este caso”, afirma RSF en un comunicado en el que apela a las fuerzas de orden a excusarse sus actuaciones desmesuradas y a las autoridades públicas para que estudien la legitidad de las expulsiones.
En la noche del 3 de mayo, en el suburbio mexicano de Texcoco, mataron a un muchacho de 14 años, una treintena de policías resultaron heridos y otros once fueron secuestrados unos spatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) lideradas el Subcomandante Marcos, tras una fracasada operación policial que inicialmente iba dirigida a desalojar, la fuerza, a unos vendedores ambulantes de flores. El 4 de mayo, al alba, se inició una manifestación la paz, en homenaje a la muerte del adolescente. Las fuerzas de policía, compuestas 2.000 hombres, intervinieron de nuevo con la intención de liberar a sus colegas secuestrados.
La operación, de extrema violencia, se saldó con un muerto, una decena de heridos y más de doscientos detenidos, entre los que se encontraban María Sostres, Samantha Dietmar y Valentina Palma Novoa, quien intentó filmar el inicio de los acontecientos, lo que le costó varios golpes en todo el cuerpo. En una entrevista en W Radio, María Sostres ha dado testonio de la violencia de la operación : “Nos esposaron, nos tomaron fotos, nos grabaron en vídeo, y luego nos llevaron a un camión, cerraron el toldo y nos molieron a golpes (…). Había sangre en el camión, nos infligieron abusos sexuales, nos desnudaron”. Samantha Dietmar ha dicho a Reteros sin Fronteras que ella también sufrió abusos sexuales.
