Agustín Yanel es uno de los mayores especialistas del panorama periodístico estatal sobre información judicial, aunque actualmente se ocupa de las crónicas parlamentarias del diario El Mundo. Ostentado el cargo de vocal de la ejecutiva del Sindicato de Periodistas de Madrid y el de Secretario de Comunicación de
Durante años, dedicó gran parte de su carrera a la información judicial en el diario El Mundo. ¿Se siente más abogado que periodista?
No, no; yo me siento sobre todo, y enca de todo, periodista. De abogado no tengo absolutamente nada salvo lo que he aprendido la experiencia de mi trabajo en la información judicial a lo largo de todos estos años.
¿Hasta qué punto ejercen los medios de comunicación la labor de jueces sociales?
Los medios de comunicación no deben ejercer la labor de jueces, que para eso está el poder judicial. Sin embargo, deben ejercer una labor de crítica hacia la labor de los jueces y hacia el trabajo de cualquier poder.
Pero ¿qué hay de la presión social que ejercen los medios entre la población?
Desgraciadamente, el hecho de que en ocasiones los medios traten mucho los temas judiciales puede crear cierta opinión a favor y en contra de un determinado pleito. Pero bueno, esto es sólo una consecuencia de la democracia. Los casos judiciales trascienden cuando tienen interés, y no se puede evitar hacerles eco si lo tienen.
Usted siempre ha tomado parte activa en los sindicatos del gremio. ¿Lo hace para luchar desde la legalidad los derechos del colectivo?
Yo creo que esta profesión está muy deteriorada. El nivel de precariedad es cada vez mayor, y no sólo no mejora sino que empeora paulatinamente. Sólo hay que preguntar a los recién licenciados: hay en medios en los que yo trabajé hace 20 años en los que se cobra bastante menos dinero del que yo cobraba entonces. Por eso considero que la existencia de los sindicatos constituye una labor vital, para defender no sólo los derechos laborales de la profesión, sino también a los propios profesionales. El panorama no es bueno.
Dice que la profesión está deteriorada… ¿En qué aspectos, exactamente?
Las condiciones laborales son pésas. Cerca del 40% de los periodistas que desempeñan su labor en los diferentes medios de comunicación trabajan sin un contrato laboral. Y esto es algo que sólo pasa en nuestra profesión, y no tendría qué ocurrir. Los sueldos cada vez son más y más bajos, diría que en muchos casos miserables. El acceso a la profesión, además, es difícil; y todo esto hace que la información se deteriore ya que los trabajadores desempeñan su función en condiciones indignas. Naturalmente, el periodista suele estar sometido a todo tipo de presiones de los estratos superiores del medio en el que trabaja y de otros agentes socioeconómicos y políticos, y la inseguridad laboral hace que el profesional no pueda combatir esta situación. Los periodistas que trabajan en estas condiciones, poco más pueden pensar sino en subsistir.
¿Qué le ha supuesto el cambio de cubrir información judicial a ser ahora cronista parlamentario?
Entonces, llevaba unos cuantos años en tribunales y no puedo negar que la decisión me pilló sorpresa. No me lo tomé mal, es la dirección la que se ocupa de estas competencias. Me ofrecieron realizar la cobertura de una información tan tante como es la crónica parlamentaria, y la verdad es que estoy a gusto. Es más variada que la información judicial y digamos que técnicamente se trabaja en condiciones más cómodas. Los gabinetes de Prensa oficiales de los partidos funcionan a pleno rendiento. En la información judicial, en cambio, uno ha de depender casi en exclusiva de sus fuentes. Vamos, que yo estaba a gusto en Tribunales pero también lo estoy en las sesiones que, enca de todo, a mí lo que me gusta es esta profesión.
¿Dónde se producen más inmoralidades: en los juicios, o en los plenos del Congreso?
No me atrevo a hablar de inmoralidades exactamente. Pero sí que veo como cualquier ciudadano que los políticos, en muchos casos, hacen cosas que no deberían hacer. Y me refiero a que los políticos, en la actualidad, pierden mucho tiempo tirándose los trastos a la cabeza. La gente tiene que estar escandalizada de tanto espectáculo. Para mí, no es cuestión de moralidad, sino de comtamiento. Creo que los políticos no deben actuar así. Lo ve toda España.
Y esta situación, ¿se le hace más insostenible como periodista o como ciudadano?
Es mucho más agotador para la sociedad. Para el periodista va en el lote, nuestro trabajo es transmitir a la sociedad lo que ocurre, ya sea en el Parlamento o en los juzgados. Pero los que se cansan son los ciudadanos, que son quienes sufren las consecuencias de la situación. Los resultados en las urnas son el reflejo del sentir mayoritario del ciudadano.
Hábleme ahora de los códigos deontológicos de la profesión periodística. Si decos que la ética, definición sociológica, no sirve si no se aplica, ¿para qué sirven estos códigos?
La ética y los códigos deontológicos son absolutamente prescindibles en nuestra profesión. No cumplir ciertas normas tácitas que no no estar escritas dejan de ser tantes hacen al profesional un mal periodista. Personalmente, yo jamás haré algo que no considere correcto. Hay veces que la ausencia de una norma legal no tiene que ser una excusa para saltarse una serie de principios básicos.
¿Y qué hay de esos periodistas que, como usted decía, no están en condiciones de exigir y no les queda más remedio que pasar el aro?
Uno siempre tiene la posibilidad de no firmar las informaciones de las que no se sienta satisfecho o no esté de acuerdo. Pero un periodista con experiencia y con unas condiciones laborales medianamente seguras puede enfrentarse a sus jefes y jugar sus bazas. Y más cuando actúa con consciencia de los hechos. El que pase el aro, puede que sepa escribir, pero será toda la vida un periodista incompleto.
¿Deberían ascender los niveles de autocrítica en el periodismo?
Yo creo que sí. La autocrítica siempre es buena en casi todos los aspectos de la vida. Y, en el periodismo, no sólo me parece que es buena sino que además muy necesaria. Los periodistas nos equivocamos muy a menudo, y cuando nos equivocamos tenemos que rectificar. Y no estaría de más que, en vez de mirarnos el ombligo tanto, ejerciéramos la autocrítica mucho más a menudo. Los niveles de reflexión interior están realmente bajos.
Preguntas obligadas: RTVE. ¿Cuál hubiese sido, a su juicio, la salida más correcta al problema?
En prer lugar, no haber planteado un plan con despidos y jubilaciones antes de que el Congreso aprobase una ley, que esto es contradictorio. Una vez aprobada la ley, habría que entablar negociación con los sindicatos. La postura que mantiene la dirección va a provocar la desaparición de centros muy tantes como las de Talavera de
Usted que conoce de prera mano aquello de que ‘las cosas de Palacio… ¿Para cuándo el Estatuto del Periodista?
(Risas). La verdad es que tú mismo lo has dicho. Ahora mismo, nos encontramos en plena fase de ponencias a cargo de los expertos en la materia. Y estamos así desde el cinco de octubre, que
¿Y qué opinión le merece el borrador presentado el Foro de Asociaciones de Periodistas?
Soy absolutamente partidario de la necesidad de un Estatuto del Periodista Profesional. Aunque el borrador presentado goza de un amplio consenso entre las organizaciones integradas, es lógico que haya deficiencias que lo han hecho periodistas y no diputados, que son los que finalmente tendrán que incorar las enmiendas pertinentes al texto final, como hacen con todas las leyes. Desde luego, un estatuto es necesario, ¿ qué no puede estar regulada la profesión periodística como en el resto de Europa?










