Impar a cuatro columnas de la sección ‘negocios’ y ocupando la mitad superior de la página. Artículo apoyado tres fotografías de los presentadores de ‘Aquí hay Tomate’, Nuria Bermúdez destapando canalillo y una panorámica del plató de ‘Salsa Rosa’, respectivamente. El titular, rotundo: ‘Convirtiendo basura en un filón televisivo’. Lo dice ‘The Tes’, la prestigiosa cabecera británica, en su edición del pasado martes día 23 de mayo. Graham Keeley rubrica un retaje que, aún aceptando la autocrítica, pierde fuerza mirar sólo la paja en el ojo ajeno.
Impar a cuatro columnas de la sección ‘negocios’ y ocupando la mitad superior de la página. Artículo apoyado tres fotografías de los presentadores de ‘Aquí hay Tomate’, Nuria Bermúdez destapando canalillo y una panorámica del plató de ‘Salsa Rosa’, respectivamente. El titular, rotundo: ‘Convirtiendo basura en un filón televisivo’. Lo dice ‘The Tes’, la prestigiosa cabecera británica, en su edición del pasado martes día 23 de mayo. Graham Keeley rubrica un retaje que, aún aceptando la autocrítica, pierde fuerza mirar sólo la paja en el ojo ajeno.
Keeley justifica el triunfo de este tipo de formatos televisivos, calificados con tal malgastado adjetivo, una sencilla razón, que no es otra que la juventud de la democracia española. ‘Después de años de la represión dictatorial de Franco, la competición entre los distintos canales lleva a los productores a buscar el aliciente más obvio: el sexo’.
Pero al pan, pan; y al vino, vino. Lo que Keeley olvida es que los británicos, tradicionalmente más tendenciosos en cuestiones relativas a los medios de comunicación, también sucumben ante estas cuestiones. La televisión británica ofrece calidad y basura a partes iguales. Si bien es cierto que los programas de calidad dejan el listón lo suficientemente alto como para sacar los colores a las televisiones de nuestro país, no menos cierto es el hecho de que la basura huele igual en todos los sitios.
En Gran Bretaña, los relaties se reproducen como cucarachas a todas horas y en todos los canales. ¿Recuerdan el paso de Rebecca Loss España? La ex babysitter del matronio Beckham que afirmó en ‘Salsa Rosa’ haber mantenido un idilio con el futbolista, es la estrella de estos formatos de la telerrealidad británica desde que, hace ahora un par de años, masturbase a un cerdo anal en ‘The Farm’, el equivalente anglosajón de ‘
Lo que no deja de ser significativo es que este artículo aparezca en las páginas de business del rotativo inglés. Este hecho se justifica que las claves de este modelo se han ido adaptando debido a términos de audiencia. Amén del análisis pertinente a la psicología del telespañolito, Keeley explica que agentes públicos, como es el caso de RTVE, han tenido que seguir esta tendencia que empezaron las cadenas privadas no verse descolgada del resto de sus competidoras.
El periodista inglés explica también que los personajes que se prestan a este complicado juego suelen ser ‘toreros o celebridades menores que narran cómo cayeron en manos de las drogas o el alcohol’. Pero de nuevo, la amnesia incoherente de Keeley nos arroja a la vacuidad del ser humano sin atender a excepciones de nacionalidad. Hay quien prefiere ver en la televisión declaraciones y retajes sobre las vidas miserable de algunos toreros. Pero también hay gente que prefiere informarse la prensa de los presuntos coqueteos con vicios mayores que llevan a cabo algunos detistas o, aún peor, gentes de la realeza.
Aceptamos telebasura como anal de compañía, pero no necesitamos periodistas ajenos a nuestra realidad que nos digan lo cutres que somos en nuestros gustos y preferencias. Ellos barren para casa. Imagínense cómo la tienen; así les luce el pelo. Es bueno enterarse de nuestra proyección en el extranjero y hacer autocrítica. Pero el colmo de todo es que la prensa inglesa nos señale nuestro cojera cuando precisamente, ellos, están heridos de la otra pierna.










