APRESURADOS, ANTISEMITAS Y REACCIONARIOS

La muerte en directo. De nuevo las prisas, y dos canales, CNN+ y el 24Horas de TVE, anuncian ufanas el final, para minutos después dar marcha atrás y explicar que los muertos siguen vivos, y que se debe aplazar la programación especial, y la cascada de voces y presencias que han grabado, y que han hablado como si ya estuviera muerta, para no perder actualidad, para servir la últa hora mejor armada de la televisión. Las prisas. Hasta la ministra de cultura ha matado a la Jurado, como algunas teles internacionales cerraron la vida de Juan Pablo II horas antes de que expirara. La tele lleva unos días sembrada de minas, algunas situadas con muy mala intención.

Benedicto XVI visita Auschwitz. Es el segundo Papa que atraviesa el tal con el “Arbeit macht frei” de los nazis. Sigue el camino que empezó con aquel paseo de Woytila desde San Pedro Vaticano a la Sinagoga de Roma, cuando llamó a los judíos “nuestros hermanos mayores”. Era el 13 de abril de 1986, pero todavía queda mucha gente en el mundo que no se ha enterado. La cronista de TVE, una corresponsal enviada hace unos meses a Roma con criterios sententales, cierra  los retajes del fin de semana con esta frase: “La Iglesia católica tiene que buscar su sitio en el siglo XXI. Aún hay en ella tantes sectores antisemitas y reaccionarios a los que debe desarticular”. Ni un dato para sostener esta opinión, este juicio de valor, este consejo a la Iglesia para depurar a los que esta retera en el justo ejercicio de su libertad, no de expresión sino de ignorancia, de profundo desconociento de la realidad, afirma tan rotunda como indocumentada. Y una vez depurados esos elementos, querida mía, ¿nos querrás decir cuál es para ti el sitio de la Iglesia?

Una célebre pintada en las paredes del Barrio Latino de París ilustraba el caso con una regla paradójica: “La cultura es como la mermelada, cuanto menos se tiene, más se extiende”.