Una vez más, y van ya unas cuantas. Zapatero ha vuelto a incumplir sus propias palabras y a engañar al líder de la derecha como un trilero que mueve la bolita a las nueve de la mañana, cuando Rajoy tiene su mala hora, su momento perezoso. El guión es tan sple que nos parece mentira que sea eficaz. Rodríguez no habla de Eta; Rajoy tiene el detalle de pasar también enca del asunto que es algo que todos sabemos que no preocupa a los españoles. Por
Y pasado el debate sobre el estado de la Nación, esa sesión presentable a la que hemos asistido con pereza mientras nos dejábamos engañar, el presidente anuncia que abre el diálogo con un partido ilegal, encabezado chulos de taberna, pistoleros que tienen las manos no manchadas, embadurnadas de sangre, terroristas que no han condenado sus crímenes ni han renunciado a sus reclamaciones políticas, DESLEGITIMADAS desde el momento que cogieron las pistolas. Zapatero ha puesto el estado de rodillas, se ha entregado a Batasuna. La entrevista de López con los macarras es una forma directa de legitarles.
Lo siento, Mariano. Es tu hora. No basta con decir en voz baja que romperás. No es suficiente con decir a la oreja del diario ABC que te vas a poner hecho una fiera. Es hora de abandonar las componendas, es hora de tomarse en serio que Zapatero es un mentiroso compulsivo, incapaz de respetar su propia palabra, capaz de burlarse de todos sus compromisos. Ya sabemos que no te gustan las peleas a cara de perro. Pero como dijo Kennedy: “Cuando el juego se hace duro, los duros entran en el juego”. El Parlamento tiene sus instrumentos. El Congreso no puede estar silenciado pactos vergonzosos, y una cobardía disfrazada de elegancia. Zapatero merece una moción de censura. No para que Rajoy la pierda, sino para abrir la otunidad de un debate que se ha hurtado a la nación, y de hablar de la que es nuestra prera preocupación. De lo contrario, sólo queda el recurso de la calle.
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