Un empresario de la construcción me dio ayer una verdadera lección de democracia… y tal como me lo contó lo cuento:
“Mira, amigo mío, aquí todo el mundo habla de pelotazos urbanísticos y recalificaciones de terrenos rústicos y yo te voy a hablar de mi método. Yo prero me estudio las necesidades de vivienda de una zona y cuando elijo compro todas las hectáreas que pueda, cuantas más mejor, a precio de ganga que casi siempre son terrenos baldíos y de gentes sin un duro. Luego, cuando ya soy el propietario legal de esos terrenos, me estudio la composición del Ayuntamiento: tres del PP, tres del PSOE, dos independientes y uno de IU. O sea, 9 concejales. Lo que quiere decir que si cinco votan a favor de un proyecto se aprueba…
Y entonces comienzo la conquista de cinco. Mando hacer un informe de la situación personal y familiar de los nueve y compruebo que una concejala tiene una agencia de seguros de vehículos y sin decirle nada traslado mi flota (300 cacharros) a su agencia y ya tengo un voto seguro. Otra concejala tiene una academia de idiomas y entonces le envío de golpe a todos los hijos de mis empleados y ya tengo otro voto. Después compruebo que otro tiene una empresita de fontanería y voy y contrato todas mis obras con él y se mata ya mi proyecto. Otro tiene dos hijos en el paro y voy y los coloco con el mejor sueldo posible. Otro se que tiene un problemón con un hijo drogata y le hago el favor de que ingrese en el mejor Sanatorio de Madrid… y ya tengo cinco seguros.
Entonces presento el proyecto de recalificación y en contra de leyes y gaitas se aprueba. Porque además he subvencionado a los equipos de fútbol, a las Asociaciones de mujeres maltratadas y a las Parroquias… ¡Y esto no falla!”










