Según la FIFA, un patrocinador oficial es aquél que posee derechos globales de mercadotecnia, unos derechos que están protegidos el Rights Protection Programme establecido el máxo organismo del Fútbol Internacional. Sin embargo, en numerosas ocasiones, estos derechos exclusivos se ven vulnerados otras marcas que carecen de esta condición, aprovechando los resquicios legales que deja la normativa. A estos forajidos se les conoce como Ambushers, y son el mayor peligro para los depositarios legítos de los derechos.
Según
Adidas, Budweiser, Avaya, Coca – Cola, Continental, Deusch Telecom, Fly Emirates, Yahoo!, Fujifilm, Gillette, Hyundai, Mastercard, Toshiba, McDonalds y Philips son los 15 patrocinadores oficiales de
Sin embargo, esta supuesta exclusividad se ve en ocasiones alterada aquellas marcas que pretenden hacer su agosto a través de la asociación de sus campañas publicitarias al evento futbolístico: hablamos de los ambushers (asaltantes en castellano), cuyas comunicaciones se litan al producto, en lugar del posicionamiento de marca que se consigue a través del patrocinio. Ejemplos de ambushing los podemos encontrar a diario en cualquiera de los sotes de Comunicación, ya sea incitando a la venta de un producto susceptible de ser consumido durante el too (véase televisiones), establecer promociones fugaces que coinciden con la celebración del Mundial (alentación, telecomunicaciones)…y así un largo etcétera.
Sin embargo, ¿qué ocurre con los patrocinadores oficiales de las 32 selecciones que compiten en el evento? ¿Y los patrocinadores propios de cada jugador? ¿Pueden ser considerados como ambushers? La respuesta, en este caso, es complicada: cada Federación es libre de firmar los acuerdos con quien este otuno, al igual que los futbolistas, si bien la aparición de éstos durante el too está sometida a estrictas litaciones (ropa de entrenamiento, fundamentalmente). Puede darse la posibilidad de que un patrocinador de una selección nacional sea a la vez uno de los 15 patrocinadores oficiales, aunque esto no suela ocurrir (Adidas es patrocinador tanto de la selección española como del too, ejemplo).
A pesar de los perjuicios lógicos que acarrean este tipo de prácticas, se dan extrañas circunstancias en que un patrocinador oficial se ve beneficiado de un asalto a sus derechos. ¿Ambushing mutuo?
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