“La construcción además de satisfacer tus ambiciones profesionales, es muy agradecida y sobre todo si no vas con espíritu advenedizo y de pelotazo” cuenta Francisco Hernando en su biografía, precisamente uno de los hombres que ha conseguido reunir una de las mayores fortunas de este país en el mundo de la edificación.
Ha llegado el momento de hablar de Orcasitas, la obra más grande del pocero hasta el momento y la que terminó de consolidar su carrera en el mundo de la construcción. “Me enteré que la empresa TERMA iba a iniciar un “obrón” de más de 5.000 viviendas en la zona sur, y sin pensarlo dos veces me presenté en las oficinas con un presupuesto a la baja para quedarme con la excavación y el moviento de tierras que no pudieron rechazar”.
Una vez finalizado su cometido en la obra, Hernando se dio cuenta de que se gastaba mucho hormigón… “me lancé a la aventura de comprar una planta de hormigón, creo que fue de las preras que se pusieron en España. ¡Aquello era la leche!, no sólo de trabajo sino también de ganancias… ¡millones!”. Aunque lo que no explica en el libro fue lo que le costó la planta, que el desembolso debió ser elevado…
Pero, el pocero que tiene un sexto sentido en esto de los negocios, se dio cuenta de que para que la cosa funcionara tenía que llevarse bien con las Juntas de Vecinos y sus cabecillas. Alternaba, aquel entonces con tres personajes, comunistas y sindicalistas, “dignos de poner en un marco. Con ellos Hernando “que aquel entonces bebía” se tomaba “todas las copas del mundo”… Pero de eso hablaremos en el artículo de mañana.
