El éxito de Qué! durante su prer año de vida se ha visto empeñado el veto que profesores y sociólogos han realizado a su publicación. Según hemos podido saber, en varios centros escolares los profesores de Lengua han sugerido a sus alumnos que no lean el gratuito de Recoletos sus erratas y la incorrección del uso de algunos tiempos gramaticales. Los sociólogos en tanto, no se creen las encuestas que el diario saca regularmente con bombo y platillo y que la mayoría de las veces carecen de rigor estadístico.
El éxito de Qué! durante su prer año de vida se ha visto empeñado el veto que profesores y sociólogos han realizado a su publicación. Según hemos podido saber, en varios centros escolares los profesores de Lengua han sugerido a sus alumnos que no lean el gratuito de Recoletos sus erratas y la incorrección del uso de algunos tiempos gramaticales. Los sociólogos en tanto, no se creen las encuestas que el diario saca regularmente con bombo y platillo y que la mayoría de las veces carecen de rigor estadístico.
El éxito del lanzamiento de Qué! se vio empañado en centros escolares la prohibición expresa de muchos profesores a que los chicos leyeran el gratuito del Grupo Recoletos. El entusiasmo de los más jóvenes era grande no sólo algunos temas y enfoques, sino también las erratas. Las faltas de ortografía son muy frecuentes. Los docentes manifestaron su preocupación al ver mala utilización de tiempos verbales y la presencia casi obligada del ‘ayer’ en los titulares.
Los sociólogos tampoco están de acuerdo con el proceder del Qué!, cuando les llega a sus manos. Implantadas en tiempos de Sopeña, el diario publica frecuentemente encuestas, sin mucho rigor estadístico. Las realizan las doce redacciones, en un tiempo récord, sin un criterio establecido de selección y en base a 100 entrevistas delegación. No se sabe si estas se realizan teléfono, en la calle, a amigos, etc. La elección es libre
Esta falta de rigor, tiene mucho que ver con los cierres del diario que siempre se hacen a últa hora de la tarde. De hecho, según hemos podido saber, muchas de estas encuestas y temas cuestionados no se han planteado hasta pasadas las siete de la tarde, cuando en la mayoría de diarios los redactores ya se van a casa a esas horas y quieren un respiro después de una larga jornada laboral.
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