A Francisco Hernando le gusta hacer todo a lo grande. Este es un defecto, o tal vez una virtud vete tu a saber, de aquellas personas que jamás han tenido nada, es el comtamiento del nuevo rico, que se llama. El ejemplo más cercano de esta conducta lo encontramos en el capítulo anterior cuando en vez de decir que cogió el coche para recorrerse la zona noroeste de Madrid en busca de casa, especifica que cogió el “Mercedes 300D”.
Otra prueba de que eso de que “cuando no estás acostumbrado a bragas las costuras te hacen llagas” es se caprichito de los 39 años cuando se compró un barco, “Sí un barco, ¡una maravilla de barco! Que me costó 1.050 millones de los de entonces, más puestos, tenía