CARACAS (26/06/06) Los efectos del Mundial de Fútbol de Alemania tiene alcances insospechados y, en algunos casos, bastante agradecidos. Por segunda vez consecutiva, el mandatario venezolano Hugo Chávez se dio vencido ante el tirón futbolero y optó suspender su programa dominical de radio y televisión ‘Aló, Presidente’.
CARACAS (26/06/06) Los efectos del Mundial de Fútbol de Alemania tiene alcances insospechados y, en algunos casos, bastante agradecidos. Por segunda vez consecutiva, el mandatario venezolano Hugo Chávez se dio vencido ante el tirón futbolero y optó suspender su programa dominical de radio y televisión “Aló, presidente”.
Así lo anunció Chávez durante la clausura de un desfile televisado que conmemoraba la independencia del país. “Estamos en la pasión del fútbol, y mañana hay unos partidos muy tantes”, se justificó el Presidente, que prefirió que los venezolanos disfrutaran de la fiebre futbolera en lugar de su extenso programa de los fines de semana, que va de las cinco a las siete horas de transmisión. Y es que los partidos de octavos de final coinciden con el horarios de inicio de ‘Aló, presidente’, a las 11 de la mañana venezolana, y también pediría que la afición disfrutase el segundo encuentro, a las 15 horas.
Esta es la segunda vez que se adopta la medida de la suspensión del programa presidencial. La semana anterior el ministro de Información, Willian Lara, ya lo anunció vez prera debido a la celebración en Venezuela del Día del Padre y a la emisión del partido que Brasil contra Australia. No obstante, el 11 de junio sí se emitió el programa de Chávez, justo cuando se disputaban los partidos de México e Irán, Angola y Portugal y Holanda y Serbia y Montenegro.
‘Aló, presidente’ es un programa que se puede calificar de variedades pero con un fuerte discurso ideológico, en el que el mandatario venezolano critica duramente a su enemigo, el Presidente de Estados Unidos, George Bush, canta canciones populares, pide cuentas a sus funcionarios, lanza bromas y conversa con invitados nacionales e internacionales. Pero toda esa parrilla programática, lo visto, no puede con el Mundial en Venezuela donde, pese a haber quedado elinados, los aficionados se abanderan con otros equipos europeos o de la región.
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