Con motivo del nombramiento de Miguel López Quesada como Presidente de Weber Shandwick para Iberia y Latinoamérica, PRLatam se ha puesto en contacto con el Consejero Delegado de Weber Shandwick Iberia para conocer de prera mano sus presiones al respecto. Entre sus objetivos, crear cultura común entre los profesionales ‘altamente homologables’ de las distintas oficinas de Latinoamérica.
Con motivo del nombramiento de Miguel López Quesada como Presidente de Weber Shandwick para Iberia y Latinoamérica, PRLatam se ha puesto en contacto con el Consejero Delegado de Weber Shandwick Iberia para conocer de prera mano sus presiones al respecto. Entre sus objetivos, crear cultura común entre los profesionales ‘altamente homologables’ de las distintas oficinas de Latinoamérica.
¿Cuáles son sus desafíos para esta nueva etapa como Presidente de Iberia y Latinoamérica?
El principal desafío es construir una reputación a la altura de nuestra compañía en toda la región, que hoy se compone de las muy buenas reputaciones de las empresas que localmente operan en cada mercado. Pero sí es cierto que no existe todavía una reputación a nivel mundial para la región latinoamericana, como sí se puede hablar de una reputación de Weber Shandwick para la región europea o para la región de Norteamérica o, incluso, para AsiaPacífico. Falta un cierto sentido de que la reputación de toda la región es igual de buena que la de cada una de las centrales que operan en cada uno de los países, que en cada uno de los países tenemos afiliados y empresas que tienen una excelente reputación a nivel local, pero faltaba esa cohesión de región latinoamericana.
Usted ha desempeñado múltiples cargos en Weber Shandwick, ¿No teme que esta vez le pueda sobrepasar el compaginar este cargo con el de Consejero Delegado?
No, que la verdad es que afortunadamente tengo un equipo muy sólido que se ha ido creando durante los últos años. Tengo una figura de director General, tengo la figura de Directora de Oficina en Madrid, tengo un comité de dirección de 10 personas que funciona muy bien y que ha hecho la gracia de estos últos años, que yo hace mucho tiempo no puedo estar todos los días en el despacho y las cosas funcionan perfectamente bien.
¿No sería más adecuado desempeñar un cargo para Latinoamérica desde alguno de los países de la región?
Lo que pasa es que tienes que elegir en cuál. Nosotros tenemos una presencia tante en muchos de ellos. Además, están muy identificados con su management local. Yo creo que mi papel va a ser mucho más de un especie de coordinador, que va a estar enfocado en que algunos clientes que sabemos que pueden tener interés en la región latinoamericana los pongamos precisamente encaminados hacia esa región y clientes latinoamericanos que tienen muchas veces interés venir al mercado europeo, al mercado asiático, al mercado americano y no tienen un punto claro de conexión, pues ahora van a tener un punto de referencia y yo voy a hacer ese papel de coordinación. Pero en realidad, gran parte de lo que hay que hacer es coordinar unos equipos que funcionan muy bien, a un management local que tiene absoluto respeto, visibilidad, credibilidad y una excelente reputación en cada uno de los mercados en los que está operando, y yo voy a hacer más una labor de coordinación, de creación de esa sensación de que somos una región. Incluso, desde un planteamiento más estratégico, pensar a medio plazo qué tipo de oferta podemos construir en la región basándonos muchas veces en lo que hagamos mejor en unos países y extando esas mejores prácticas a otros. Mi papel no va a ser tanto un papel ejecutivo, de estar enca de la gestión, que eso se está haciendo muy bien y los equipos locales lo hacen, sino más bien intentar llevar a la compañía un paso más allá en el sentido de crear una cultura común, que probablemente todavía no es tan fuerte como en otras regiones. Eso se puede hacer compatible desde Madrid que al final tiene mucho que ver con la confianza en las personas, y esa la tengo, y con el respeto mutuo, y eso lo tenemos también.
En definitiva, coordinación y apertura de nuevos mercados en Latinoamérica…
Y también para que desde Latinoamérica podamos extar negocios a otras zonas del mundo. Afortunadamente, en Latinoamérica ya hay clientes con potencial internacional. Y lo que ahora mismo no hay es una figura que, en el caso de Europa, en el caso de AsiaPacífico, en el caso de Estados Unidos, se vea como la persona que podría canalizar este negocio a nuestra red. Yo tengo la ventaja de que conozco bien toda nuestra red, tengo muy buenos amigos en todos los líderes de los países en que estamos, y eso facilita mucho las cosas.
¿Cuáles son las diferencias de los negocios que desarrollan en España y en América Latina?
La diferencia fundamental es que en España yo estoy mucho más cerca del día a día, estoy absolutamente responsabilizado de la gestión. Soy el Consejero Delegado, con lo cual asumo la responsabilidad sobre los resultados. En el caso latinoamericano, la responsabilidad de los resultados es de los Country Managers de cada uno de los mercados. Y, efectivamente, tendremos que intentar que las cosas encajen con los objetivos de compañía. Pero al final, no estamos hablando de que yo vaya a gestionar cada uno de los países. Ésta es una gran diferencia respecto a estar enca de una país, como es el caso de España o el caso de Portugal. La silitud de eso es que, afortunadamente, tanto en España como en Portugal, como en cualquiera de los mercados latinoamericanos donde tenemos presencia: desde México, Brasil, Argentina, Colombia, Panamá, Bolivia, Chile,… no me querría dejar ninguno pero, en fin, tenemos una presencia muy extensa. En cada uno de ellos, igual que ocurre en España o en Portugal o en cualquiera de nuestras oficinas alrededor del mundo, lo que sí hay es un nivel de profesionalidad que hace muy fácil entenderse. Somos profesionales muy homologables y es hace muy fácil todo.
Usted es experto en comunicación de crisis, ¿cómo valora el desempeño de los políticos latinoamericanos para sortear las crisis?
Ahí no hay políticos latinoamericanos en general, ha habido situaciones muy diferentes, que van desde políticos que no tenían las crisis y han contribuido a crearlas, otros que se las han encontrado y otros que han vivido procesos electorales donde lo que ha habido es una campaña más o menos reactiva. Pero son situaciones muy diferentes las de los candidatos mexicanos, pues el caso de (Felipe) Calderón o de (Andrés Manuel) López Obrador con los candidatos como el caso de (Álvaro) Uribe en Colombia o el de Alan García en Perú.
¿Pero hay algún caso que le haya llamado la atención en el campo estricto de la comunicación de crisis?
Yo diría que, ejemplo, a mí me ha gustado la reacción del Presidente Uribe cuando en plena campaña electoral se produjo el asesinato de la hermana (Liliana Gaviria) del anterior Presidente (César Gaviria). A mí me ha gustado la combinación de un tono humano ante los medios con una gran firmeza y con, a la vez, estar exigiendo castigo para el cren y a mí me parece un enfoque agresivo y que en una campaña electoral, realmente, lo que un Presidente tiene que dar es confianza de que cuando hay que tomar una decisión las toma.
¿Cuáles son las novedades de la cuenta de Turismo de México para Europa? ¿La van a renovar o van a terminar con ella?
Todavía no lo sabemos, no ha acabado el proceso de licitación, así que nosotros hasta que no acabe el contrato en vigor, que acaba con el mes, todavía no tenemos ninguna notificación de cómo tenemos que hacer el posible traspaso y la verdad es que no tengo más información sobre la evolución. Lo que dije en su día a PRNoticias es que nosotros estamos muy orgullosos del trabajo que hemos hecho, estamos muy contentos con la posibilidad de seguir trabajando, pero entendemos que el proceso de licitación tiene un requisito claro que es el precio y parece ser que existe una oferta más barata que la nuestra. Si eso fuera así y no se diera ningún caso contrario, que puede ocurrir que se pugnen los resultados, que haya un defecto en el procediento e, incluso, puede ocurrir que se tenga que repetir la licitación otra vez. Por eso yo no querría estar ni lamentándome ni congratulándome de algo que todavía no sé cuál va a ser el desenlace. Durante el mes de julio sí que tendríamos que tener claro qué es lo que va a ocurrir.










