En la Tierra a viernes, diciembre 19, 2025

‘Ningún país ha cambiado tanto como España’

Tras ser elegido el pasado jueves nuevo presidente del Círculo de Corresponsales Extranjeros, Martin Dahms, periodista freelance y corresponsal para los diarios alemanes Frankfurter Rundschau y Berliner Zeitung, afronta su nuevo cargo con una voluntad continuista respecto a la junta anterior, de la que también era directivo. Defensor de la libertad, reniega de palabras como ‘élite’ o ‘valores’; dice que conseguir información en España es más difícil que en otros países y se felicita, como todo el mundo, de poder disfrutar de ‘la buena vida’ en nuestro país.

 

 

Presidente del Círculo de Corresponsales Extranjeros. ¿Cambiará su vida este desempeño?

Sí. Suena un poco a lo que dicen los políticos, pero es una gran responsabilidad. Lo que pasa en una asociación de estas características, donde todos son gente muy profesional, hacer este trabajo añadido y de manera voluntaria significa sacrificar parte de tu tiempo libre para dedicarte a esto. Mi intención es acatar estas responsabilidades, y sé que va a ser un trabajo muy duro.

 

¿Y qué cosas pretende cambiar usted del Círculo?

No se trata de innovación. Al ser miembro de la anterior junta pretendo, en principio, continuar con la labor que hemos hecho en la últa junta. De momento, vamos camino de fusionarnos con la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera, que se da una situación antinatural de tener al mismo colectivo agrupado en dos grandes asociaciones. Tras algunas diferencias en el pasado, la nueva generación nos entendemos muy bien. Nuestro interés es fusionarnos con ellos pero, lógicamente, eso siempre es un proceso difícil de digerir que hay que ponerse de acuerdo en todos los detalles. Si no, siempre puede haber malentendidos.

 

CNN, BBC, Te, New York Tes, The Independent… ¿Es el círculo la asociación de corresponsales más elitista?

(Risas). A veces tengo esa presión, aunque no me gusta esa palabra. Pero si ves la lista de socios, están todos los medios que cuentan con más renombre internacional. Es uno de los motivos los que decidos asociarnos en un colectivo que realmente trabaja día a día en medios con cierta relevancia. Siempre hay periodistas que escriben mucho menos y, sin embargo, les gusta la vida no sólo en España, sino también en la asociación. Digamos que desde el prer momento, nuestro círculo fue concebido como un instrumento de trabajo para gente que lo necesitara de verdad. Por eso contamos con los medios de más renombre.

 

¿En qué se diferencia el Círculo de Corresponsales Extranjeros de otros colectivos como la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera, la Asociación de Periodistas Europeos o el propio Club Internacional de la Prensa?

De momento, ya no nos diferenciamos tanto de la Asociación de Corresponsales de Prensa Extranjera. Prefiero no hablar de otras asociaciones, que las conozco demasiado poco. Pero te puedo decir que la mayoría de los corresponsales que conozco están el Círculo y en la Asociación de Corresponsales. Esos son los colectivos de periodistas extranjeros que trabajan diariamente, quienes damos nuestra visión de España en el resto del mundo. La tancia de nuestro trabajo radica en facilitar y conseguir contactos con personajes de relevancia pública en España: políticos, ministros… Tenemos la desgracia de estar detrás del presidente del Gobierno desde hace dos años y medio, y hasta ahora ha sido posible. Lo mismo nos pasa con el líder de la oposición. Este es uno de los motivos el que los colectivos que te contaba antes queremos asociarnos. Para hacer más ruido al exterior.

 

¿Vive un periodista extranjero mejor en España que un periodista español en el extranjero?

Yo diría que eso depende mucho del extranjero. Además depende de los detalles de la vida. Hablando con José Comas, corresponsal de El País en Alemania, me decía que profesional y periodísticamente era mucho más fácil vivir en Alemania, que consigues la información en tiempo real, como gusta decir hoy. Si llamas al Ministerio y no disponen de información, te llaman en quince minutos y te la dan. Esto aquí, a veces, te desespera: la dificultad para conseguir información veraz y fiable. Pero, como dicen los propios españoles, se vive muy bien en España y eso ejerce de contrapeso: ‘la buena vida’, la spatía de la gente. No me gustaría cambiar mi vida en este mundo con casi nadie.

 

¿Es muy diferente el tratamiento de la información en el extranjero que en nuestro país? ¿Es el periodismo diferente?

Déjame pensar, que no te puedo contestar así, a la ligera… (silencio).

 

Pregunta difícil…

Sí, es una pregunta difícil que, digamos, las diferencias no son abismales; el periodismo no se entiende de otro modo. Quizá la mayor diferencia se vea en la televisión: aquí pra más el directo aunque no haya necesidad. En Alemania, lo menos, el directo es un mecanismo de urgencia, mientras que aquí es lo habitual. Eso, un lado. Luego está el tratamiento de las noticias políticas en los periódicos. Aquí son mucho menos analíticos que existe una diferenciación mucho más clara entre noticia y análisis. Los artículos de opinión aquí son mucho más largos, pero no que sea más profundo, sino que dan espacio a cualquier político a que diga lo que tenga que decir. Pese a que existe esta gran diferenciación entre opinión y noticia pura, aquí, los periódicos son mucho más tendenciosos. Me da la presión que esta distinción se hace miedo a las propias opiniones; a la pasión del propio periodista. Pero ya te digo que éste es un análisis que hago sobre la marcha, sin haberlo meditado antes. Me parece, también, que las erratas en los periódicos son muy comunes en España, en datos, cifras… Quizá esto sea problema, como decía antes, de conseguir información y estaciones fiables.

 

¿Cuánto volumen de trabajo tiene un periodista berlinés en España?

Cualquier volumen, en realidad. Esto depende mucho del medio, del trabajo que reclame; pero más, incluso, de tu propio empeño. Porque tampoco hay tantas noticias en España que son noticias obligatorias. Lógicamente, en un accidente como el de Valencia, hay que hacer algo. Pero en España, el anuncio de Zapatero de las conversaciones con ETA, en muchos medios tan sólo fue un breve. El problema del terrorismo en España, digamos, no está en medio de un enfoque internacional sobre lo que está pasando en política, lo que también tienes la posibilidad de escribir sobre la realidad del país. Tienes la libertad de ir a los pueblos y realmente ocuparte no sólo de política. No sé si te interesa pero España en, en este sentido, de los países más fascinantes del mundo. No creo que haya ningún país que haya cambiado tanto en treinta años como España. Este hecho lo puedes sacar en casi cualquier tema político sobre el que escribas, y mostrárselo a la gente: esto es España, la España de hoy; mientras que muchos países en Europa todavía mantienen la agen de hace treinta años, aunque cada vez menos.

 

He leído de usted que un periodista ‘debe ser objetivo, pero eso no significa que no deba tener uno valores’. Yo le digo que los valores casi nunca son objetivos, sino muy personales. Explíquese.

La verdad es que, en prer lugar, yo no suelo emplear la palabra ‘valor’. Creo profundamente en la libertad, soy un liberal nato. Y no me gusta nada que la derecha haya adoptado esa palabra cuando el liberalismo se trata de todo lo contrario. El otro día leí en el Economist con motivo de su 160 aniversario: ‘cuanto más objetivo pretendes ser, más cuenta tienes que darte de tu propia base, de tu propia ideología’. Mi idea es el liberalismo, un concepto devaluado hoy día pero que mucha gente no comprende. Intento ser objetivo y no hacerme fan de ningún político, y escucharlos a todos independientemente de lo que hayan dicho antes. A veces cuesta, en este país. Pero, en este sentido, intento ser muy objetivo. Lo que no quiere decir que yo no tenga una base, de… De donde salgo yo…

 

Valores, puede decirlo.

Pero no me gusta valores, que los valores se utilizan, a veces, precisamente en contra de la libertad. El valor del respeto a los padres puede ser utilizado como un pretexto para oprir a los hijos. Los valores, efectivamente, son muy subjetivos. Pero si tienes como base la libertad individual de cada uno, estupendo. No hay que decir ‘mi valor es la familia’, sino que hay que defender los derechos de cada miembro de esa familia. Pero esto es un debate bastante filosófico muy complejo. Aunque lo defiendo fuertemente.

 

Usted colaboró en un libro en el que dieciocho corresponsales extranjeros relataban sus experiencias en España. ¿Algo interesante que contar?

La prera anécdota es que nos costó mucho escribirlo y ha tenido muy buena acogida. Llevamos ya cuatro ediciones y realmente un buen número de lectores y compañeros que dicen haberse hecho eco del volumen. Yo, en mi capítulo, hablo de los vecinos; de lo bueno y lo malo de estas relaciones. Realmente es estupendo. Un trato con cariño, hacerse cumplidos, llamarse guapo… En cualquier otro país europeo dudo que se den este tipo de cosas. Luego, la posibilidad de llegar a acuerdos en las reuniones de vecinos, de escucharse, de mantenerse fiel al orden del día… Me hace muchísa gracia. Esto no es ninguna anécdota, pero si buscas una, te cuento. Un día vino mi vecina, sudando, y dijo que tenía que ducharse. Me dijo que lo más bonito del mundo era ducharse, sólo superarse otras dos cosas: hacer el amor y evacuar. ¿Qué es evacuar?, le pregunté. Se refería a ir al baño. Nunca había oído esa palabra y ahora, cada vez que escucho la palabra ‘evacuar’… Se puede evacuar una sala, pero aquí es corriente la equivocación de decir ‘evacuen a las personas’. Evacuar a las personas, sería… (risas). Sólo se puede evacuar el Metro, las salas, pero no las personas; que, si no, harías aquello que le gustaba tanto hacer a mi vecina (risas).

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