Los medios de comunicación se renuevan año tras año, día tras día, a cada pulso. Un año después del desgraciado accidente ocurrido en Guadalajara, las llamas que se cobrasen la vida de once personas renacen de sus ascuas, pero esta vez, tan sólo con la intensidad y el calor del recuerdo. Nuevos datos e investigaciones salen a la luz al cumplirse el prer triste aniversario de la desgracia, y pese a que, mayoritariamente, los medios de comunicación nacionales dedican buena parte de su espacio a la noticia, hay otros que ‘se la comen’, obviando la onomástica de una de las historias más negras de nuestra historia reciente.
Los medios de comunicación se renuevan año tras año, día tras día, a cada pulso. Un año después del desgraciado accidente ocurrido en Guadalajara, las llamas que se cobrasen la vida de once personas renacen de sus ascuas, pero esta vez, tan sólo con la intensidad y el calor del recuerdo. Nuevos datos e investigaciones salen a la luz al cumplirse el prer triste aniversario de la desgracia, y pese a que, mayoritariamente, los medios de comunicación nacionales dedican buena parte de su espacio a la noticia, hay otros que ‘se la comen’, obviando la onomástica de una de las historias más negras de nuestra historia reciente.
El incendio ocurrido hace exactamente un año, el más trágico de los últos veinte, tuvo varias consecuencias de interés informativo que, su pacto social, hacen que su actualidad hoy decaiga menos que nunca. La prera de estas consecuencias, meramente políticas, supuso uno de los preros reveses para el gobierno Zapatero, quien tras el suceso se vio obligado a reunir un informal comité de crisis para digerir y gestionar su información. Además, el gabinete Zapatero se anticipó a crear una provisada ‘modificación normativa’ para prohibir hacer fuego en ‘determinados parajes’, un roto para un descosido que alzó las más voces críticas sobre un nuevo ‘caso Prestige’, o cómo cercar el rebaño una vez el lobo se comió las ovejas.
En segundo y más tante lugar, pero que ocupa el prer plano en el sentir de la noticia, son las 11 pérdidas humanas de aquel retén forestal; especialmente hirientes el modo y manera de producirse, en una época del año en que la opinión pública es especialmente sensible a este tipo de desgracias que copan la actualidad informativa estival. Tercero, el problema ecológico: la devastación de unas
En el sentido periodístico, no nos cabe la menor duda de que las televisiones harán un esfuerzo para rescatar los hechos de la memoria colectiva a lo largo de las sucesivas ediciones que tendrán lugar hoy lunes 17 marcado el recuerdo; especialmente a la noche, una vez celebrados los funerales de los cabos de año de los caídos. De momento, cadenas como TVE o Telemadrid ya han dado breves notas conmemorando la información.
Sin embargo, y pese a que ningún medio parece haberse olvidado de los hechos, éstos no cuentan con el mismo interés en toda la prensa, radio y TV. Mientras el gratuito Qué! ata nuevas claves al trágico suceso, como el peligro que entrañó la circulación descoordinada de aviones dedicados a las tareas de extinción –con testonios, incluso, de los pilotos que trabajaron en aquellas labores, otro gratuito, ADN, reduce la noticia a un míno faldón a tres columnas. Veamos su edición vespertina, a ver si el eco del suceso es mayor.
Y el contrapunto viene dado los digitales de los mayores diarios de pago de información general en España. El País, líder en este campo, omite la información en red sobre el ‘cumpleaños’ del incendio; mientras que la edición digital de El Mundo la detalla, bien es cierto que sin especiales ni alardes recordatorios.
Estos son algunos de los ejemplos más significativos que, en ningún caso, deberían cobrar protagonismo respecto al dolor de esta jornada de luto. La información veraniega, con sus vicios, virtudes y sus serpientes, tiene ante este tipo de fenómenos una otunidad para reivindicarse con los seres humanos, y desprenderse de paso de esa especie de inmunidad que parece presentar ante todo tipo de desgracias. Que cada palo aguante su vela; pero que esta vez, desde el recuerdo, aguanten once; once velas encendidas con las llamas que el viento empujó sin control, hace exactamente un año, hacia el parque natural del Alto Tajo.
