Se ha vuelto a disparar como un resorte. Algo debe de ir mal en el llamado “proceso” cuando Pepiño y su chófer dicen que si fracasa la culpa será toda, toda, del Partido Popular. ¿Se anticipa Pep a alguna noticia que se da cierta y segura a la vuelta del verano?
Existen grandes terrenos de incertidumbre. El más delicado es el que crece mientras la sombra oscura del 11 de marzo se levanta hasta cubrir casi todo el sumario. El últo hoyo en el que han caído los jueces, la policía y el ministerio del interior es el de
Es tanto lógico pensar que el gobierno se verá obligado a hacer algún moviento, alguna modificación como la que va a permitir a los Albertos salir de rositas de lo suyo. De lo contrario el escándalo puede ser insotable, más incluso que la famosa foto de la infamia, en la que se sentaron con los asesinos, para que nos vayamos acostumbrando.
El “proceso” está amenazado, pero no el PP sino la justicia, que se tienta las togas antes de enfrentarse a las cinco causas que tiene pendientes el tal Otegui. Es difícil escapar de esos procesos cuando se ha formado parte de una banda crinal. ¿Radica en ese cruce de sumarios pendientes la dificultad de legalizar a Batasuna? Por otra parte en las cárceles se escuchan rumores de escisión, y ya sabe que las rupturas traen muertos que son mensajes en forma de cadáver. Así que, Pepiño, dinos otra vez, cántanosla de nuevo ¿quién tendrá la culpa si todo esto fracasa? Tócala otra vez, Pep.
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