El Economista también publica hoy bajo el nombre de “Trama Inmobiliaria las Licencias irregulares” lo siguiente:
Titular: “Seseña sufría una fuerte sequía cuando se aprobó la megaciudad de El Pocero”.
Subtitula: “Las pobres infraestructuras pedían llevar agua a los apenas 8.000 habitantes del pueblo”.
“Sin embargo, se aceptó un plan que puede disparar la población hasta 100.000 habitantes”.
El Economista repasa la situación de falta de agua en la que se encontraba el pueblo cuando se dio luz verde al proyecto de Hernando:
“El 14 de julio de 2003, Ese día Manuel Fuentes fue investido alcalde de Seseña, la pequeña localidad toledana elegida Francisco Hernando para levantar una macrociudad de 13.500 viviendas. A las cuatro de la tarde Fuentes recibe una llamada. La prera agencia que cubre como máxo responsable del Consistorio: no había agua en Vallegrande ni en Seseña Nuevo. Tuvos que llevar 90 cisternas para abastecer de agua a esas urbanizaciones. De hecho el pueblo estuvo tres semanas con problemas de agua.”
“Pero este evidente problema no pidió al Gobierno de José Bono, entonces presidente de CastillaLa Mancha a dar luz verde al mega proyecto urbanístico de Francisco Hernando en esa localidad: más de 13.500 viviendas dentro del PAU de El Quiñón”










