En la Tierra a jueves, diciembre 18, 2025

Debate social: el corazón y sus periodistas

La sentencia dictaminada hoy el juez competente en el llamado Caso Korpa induce a una reflexión profunda en el campo del periodismo, una profesión cada vez menos valorada la opinión pública, a tenor de los últos datos publicados el CIS. A un necesario debate ético sobre la información ‘social’, sus actores y los derechos de los ciudadanos, se une, en el llamado Caso Korpa, el problema más preocupante de la profesión: la precariedad laboral.

La sentencia dictaminada hoy el juez competente en el llamado Caso Korpa induce a una reflexión profunda en el campo del periodismo, una profesión cada vez menos valorada la opinión pública, a tenor de los últos datos publicados el CIS. A un necesario debate ético sobre la información ‘social’, sus actores y los derechos de los ciudadanos, se une, en el llamado Caso Korpa, el problema más preocupante de la profesión: la precariedad laboral. La muerte en enero de 2005 de la periodista Ana Belén García pone de manifiesto ambas premisas, si que hoy se haya llegado a ninguna solución concerniente al asunto.

 

Los hechos ocurrieron en febrero de 2005, cuando Ana Belén García se desplazaba a Córdoba en horario laboral para realizar la cobertura informativa de un viaje de los Príncipes de Asturias a la localidad andaluza. La periodista, que a instancias judiciales gozaba de de un contrato de trabajo ‘ cuenta ajena, indefinido, a tiempo completo y con categoría laboral’, perdió la vida en un accidente de tráfico. Pese a que la Agencia Korpa alegó que García era freelance y trabajaba para la agencia en régen de colaboración, el juez consideró demostrada la relación laboral y condena a la empresa a indemnizar a sus padres en 90.000 euros.

 

El magistrado, asismo, realizó unas declaraciones que no tienen desperdicio y que vuelven a sentar en la sociedad, de nuevo, las bases para un futuro debate a todos los niveles sobre la ética de la información en las crónicas sociales, hoy llamadas ‘rosas’ o ‘del corazón’. Las persecuciones inhumanas, los seguientos de espionaje y los chantajes mafiosos a los que se ven sometidas las personas públicas protagonistas de este gran circo no hacen sino agravar la tensión que sufren los periodistas que, mal pagados y peor valorados, hacen guardias eternas frente a domicilios privados para, en muchas ocasiones y con toda la razón, no conseguir nada de nada.

 

Por ello, esta misma sentencia explica que ambas jóvenes –Ana Belén García y su compañera, retera gráfica trabajaban en situación de ‘alto riesgo, habida cuenta el ambiente hostil y agresivo en que se desarrolla su trabajo, con continuas carreras a la caza del personaje, jornadas de trabajo interminables tanto de noche como de día’, situación que les produce ‘un alto desgaste psicológico’. La Agencia Korpa, además, incurrió en otro incumpliento al no diseñar un plan de prevención de riesgos laborales y confiar la conducción del coche de la agencia a la retera gráfica que acompañaba a la fallecida, sin tener en cuenta ‘el grado de tensión, estrés, competitividad, presión empresarial y cansancio’ en que desarrollaban su trabajo. Por ello, el juez concluye que la agencia Korpa fue ‘responsable del accidente de trabajo al no adoptar las medidas preventivas contra la producción del mismo’.

 

Y es que, si ya el mundo de la información rosa merece un debate social y una revisión moral parte de las instancias plicadas –foros y organizaciones de periodistas y los tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, no estaría de más regular la situación que viven muchos periodistas, sobre todo los jóvenes, en el mercado laboral periodístico. ¿Acaso alguien se acuerda del Estatuto del Periodista, o mejor, de la moción presentada IU, rechazada Gobierno y oposición, que abogaba la regulación de los derechos de  los becarios y los contratos de prácticas? Los partidos mayoritarios, PSOE y PP, afirmaron en su día que ese asunto es plena competencia de las empresas. Y así nos va. Abuso tras abuso. Y el caso de Ana belén García, que en Gloria esté, no es el peor de todos. Porque es sólo la punta del iceberg.

 

El mismo juez de lo Social número 4 de Sevilla criticó además la ‘explotación y precariedad más absoluta’ de los reteros de la prensa rosa frente las ‘colaboraciones de lujo’ de los contertulios de esos programas; destacando también las ‘contradicciones’ entre los ‘amplios márgenes de beneficio’ de la prensa del corazón y la ‘explotación intensiva’ de sus reteros, que sufren ‘interminables contratos en prácticas que nunca se convierten en fijos’.

 

Hoy sabemos que la Agencia Korpa ha sido también denunciada que, al parecer, ni siquiera ha pagado la últa mensualidad que le adeuda a la vícta. Juzguen ustedes mismos. En el debate social, todos tenemos mucho de qué hablar para que todo este circo del corazón termine; y para que todos aquellos profesionales auténticos, quienes trabajan como anales entre paja, heno y estiércol, rompan los barrotes de sus jaulas definitivamente, para atizarle al domador una buena dosis de sentido común con su propio látigo.

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