El mundo de la prensa se une, con la Ley en la mano, y las empresas editoras de periódicos prohíben la reproducción comercial del contenido de sus páginas sin autorización previa a partir de mañana, fecha de entrada en vigor de la nueva Ley de Propiedad Intelectual. El documento regula, en el artículo 32, los derechos de las cabeceras para invalidar, mediante ‘oposición expresa, el derecho a cita de las recopilaciones de artículos periodísticos que constan básicamente en su mera reproducción y dicha actividad se realice con fines comerciales’.
El mundo de la prensa se une, con la Ley en la mano, y las empresas editoras de periódicos prohíben la reproducción comercial del contenido de sus páginas sin autorización previa a partir de mañana, fecha de entrada en vigor de la nueva Ley de Propiedad Intelectual. El documento regula, en el artículo 32, los derechos de las cabeceras para invalidar, mediante ‘oposición expresa, el derecho a cita de las recopilaciones de artículos periodísticos que constan básicamente en su mera reproducción y dicha actividad se realice con fines comerciales’.
Así, en la cabecera de la contratada del diario El Mundo de su edición de hoy vies 28 de julio, arriba a la derecha, puede leerse diariamente junto al copyright de Unidad Editorial S.A. lo siguiente: ‘Esta publicación, como obra colectiva en los términos del artículo 8 de la Ley de Propiedad Intelectual, no puede, ni en todo ni en parte, ser distribuida, reproducida, comunicada públicamente, tratada o en general utilizada cualquier sistema, forma o medio, sin autorización previa y escrito del editor. En particular, Unidad Editorial se opone de manera expresa a que la reproducción de sus páginas pueda ser considerada una cita en los términos previstos en el artículo 32.1 párrafo segundo de la Ley de Propiedad Intelectual’.
Dice el artículo 32.1 de la LPI en su punto segundo que ‘las recopilaciones periódicas efectuadas en forma de reseñas o revistas de prensa tendrán la consideración de citas. No obstante, cuando se realicen recopilaciones de artículos periodísticos que consistan básicamente en su mera reproducción y dicha actividad se realice con fines comerciales, el autor que no se haya opuesto expresamente, tendrá derecho a percibir una remuneración equitativa. En caso de oposición expresa del autor, dicha actividad no se entenderá amparada este límite’.
La controversia viene suscitada una sentencia acaecida el mes pasado, en el que la Justicia dio la razón a las empresas de ‘pressclipping’ al considerar su ejercicio y actividad como lícitas. Ese mismo fallo establecía como propietarios de los textos de los diarios a los redactores y no a los propios rotativos, y contemplaba la instauración de un canon de cantidades aún no fijadas para recibir una remuneración esta circunstancia. Sin embargo, si el autor de los artículos se opone manifiestamente –como es el caso de los acuerdos alcanzados entre algunos diarios como el propio El Mundo, el Qué! y El Economista, citar algunos, con sus redactores a que agentes externos se beneficien de sus textos cuenta ajena, la actividad, como hemos dicho, no se entenderá amparada este límite. Y es que, el párrafo segundo del artículo 32.1 de la nueva Ley de Propiedad Intelectual establece, una parte, el derecho a cobrar una remuneración equitativa a los autores que no se opongan a la utilización de sus artículos en revistas de prensa, pero sin indicar como, ni quien debe fijar ese pago. Y otra, faculta al autor para autorizar o prohibir el uso de sus artículos, siempre que lo haga de forma expresa y previa.
Sin embargo, las empresas editoras consideran, en su mayoría, que ‘un periódico es una obra protegida cuyos derechos de autor son titularidad del editor de prensa debido a su condición de obra colectiva y que merece el mismo respeto que un libro o un cuadro’. Así lo dice El Mundo, y en términos silares se manifiesta Qué!: ‘En su condición de editor del diario, factoría de Información S.A. tiene la consideración de autor de Qué! y es titular de la totalidad de los derechos de propiedad intelectual de carácter patronial asociados a los contenidos publicados en este periódico como tal autor y al amparo del artículo legal mencionado’.
Antes de su reforma, la propia LPI así lo reconocía, lo que no ha pedido que un amplio sector de las llamadas empresas de ‘press clipping’, dedicadas a la elaboración de revistas o resúmenes de prensa, aproveche la brecha abierta en el sistema de protección de los periódicos cuando se equiparan las revistas de prensa a las citas.
‘La cita gratuita de los diarios, que es una práctica lícita cuando se realiza con propósitos educativos o científicos, no ampara la práctica de esa industria, cuando reproduce nuestras páginas obteniendo un tante lucro del fruto de nuestro esfuerzo’, explican Unedisa, la editora del diario El Mundo.
