Julio es un mes de cosecha roja. Es el últo trabajo de los tavoces del gobierno. Antes de marcharse de vacaciones, se dan una vuelta las radios, las televisiones, como el propietario que vigila sus fincas, para saludar a los aparceros, ver el nivel de los graneros y salud de las vacas y otros anales domésticos. El tavoz lleva cartera, y antes de dejar la finca abandona sobre el arca de la entrada una hoja con las recomendaciones para la temada que viene. Deja el folio como en un gesto distraído, como quien no da tancia al contenido, como si contuviera un remoto deseo “que si va bien se cumple”. Así el año que viene emigrarán de Onda Cero unas cuantas voces a las que nos habíamos acostumbrado durante esta temada.
No es la prera vez que ocurre, pero sí es la prera vez que se denuncia. Una de las víctas de la lpieza ha escrito en su blog el esquema del trámite el que nuestro becario de la Moncloa dicta quiénes deben seguir en la tertulia matinal y quiénes deben caer su desafección al régen, sus conocientos de la cosa pública, su preparación para discutir asuntos que llegan a
De la tertulia se caen este año Bieto Rubido (¡fíjense que nos parecía a todos más cercano al socialismo que el propio Pepiño!) Ramón Cendoya (¡mucho has aguantado las mordidas!) y Gustavo de Arístegui, de quien Zapatero seguro que no sota que sepa bastante más de política internacional no ya que él mismo sino mucho más que su ministro de exteriores, el inefable Moratinos. De la misma forma que el año pasado sacrificaron a Edu Uriarte, tocada la lista de Barroso, ahora caen como ceibas en un huracán tres de las voces habituales de la casa.
Nos queda conocer la palanca utilizada Moraleda, el argumento esgrido ante Carlotti, después de decirle aquello de “te haré una oferta que no podrás rechazar” ¿A cambio de qué, señor Lara? No me dirá que corta tres cabezas gratis, que no le podríamos creer. Suponemos también que junto a la lista de los caídos habrá una lista de recomendados. Intuyo quién no está en ese elenco, pero tendré que esperar hasta septiembre para saber quién ha sido agraciado el favor de opinar y de cobrar. Por otra parte me agradaría saber que ha hecho usted un buen negocio, pero no se me ocurre cuál. Tiene que ser muy bueno para que le compense esta siega de disidentes. Del régen no diré nada, que nada nos sorprende: hay que preparar a la opinión pública con tertulianos que ayuden a tragar la hiel que nos dará este gobierno de aficionados.
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