En el últo número del periódico “La Voz de Toledo”, cuyo propietario es Paco Hernando, el hoy consejero de Urbanismo y Vivienda de la Comunidad de CastillaLa Mancha, Alejandro Gil Díaz decía que el PAU de El Quiñón fue aprobado el Ayuntamiento de Seseña (eso si, en un Pleno extraordinario de urgencia y cuatro horas antes de que se abriera la campaña electoral de 2003)…

Pero no decía ni ha dicho todavía que fue en una reunión celebrada en su despacho horas antes de ese Pleno donde se dio luz verde a la aprobación del proyecto del El Pocero. O al menos eso es lo que aseguró entonces el alcalde José Luis Martín (“En Toledo el consejero de obras públicas me ha dicho esta misma mañana que aprobemos el PAU”) y lo que ahora ratifica Felipe Sancho, entonces concejal de Hacienda y hoy tavoz socialista (“Aprobamos el plan de El Pocero orden del Partido”).

Esto es lo que debería aclarar el consejero Gil Díaz, que ya es curioso que los dos únicos representantes municipales del PSOE de Seseña presentes en dicha reunión coincidan en señalar que ellos hicieron lo que les mandó el partido. También sería bueno que el señor Gil Díaz confirmase que en la reunión en su despacho también estuvieron presentes extrañamente Francisco Hernando Contreras (el padre) y Francisco Hernando Saz (el hijo). Como también estuvo presente el técnico del ayuntamiento de Seseña Crescencio Leñero Menjibar, quien cierto ya había emitido antes un informe sobre las deficiencias en la propuesta del PAU y la posibilidad de emitir informe de legalidad.  

Ahora que ha estallado el escándalo (un pelotazo de 250.000 millones de pesetas) es el momento de concretar responsabilidades. El señor Gil Díaz está obligado a asumir las suyas y no descargar en los de abajo.